Actualmente, la forma intensiva de producir y consumir alimentos es el principal factor de la pérdida de biodiversidad. Un nuevo estudio publicado por El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) demuestra que, una transformación de la dieta hacia una más saludable y sostenible significaría un gran avance no sólo para la salud de las personas, sino también para el medioambiente.