Vivimos en una era donde el progreso tecnológico y la globalización han transformado radicalmente nuestras vidas. Sin embargo, en medio de este rápido avance, nuestros derechos culturales, esenciales para la identidad y la cohesión social, a menudo se pasan por alto o se olvidan. Estos derechos, que incluyen la preservación y promoción de las tradiciones, idiomas, y formas de vida que definen a las comunidades, son fundamentales para el desarrollo humano integral y la paz social.