Durante mucho tiempo, la relación entre el deporte y la sostenibilidad ha estado centrada en el producto: materiales reciclables, textiles más ligeros, procesos de producción menos contaminantes… Si bien estos avances son importantes, hace falta ampliar el foco. En un momento en el que el contexto climático desafía nuestros modelos de consumo, la transición hacia un deporte circular no pasa solo por lo que compramos, sino por cómo lo usamos y durante cuánto tiempo.