La sostenibilidad es un concepto que tiene tres dimensiones fundamentales: económica, social y medioambiental, y se plantea como un reto complejo, pero también una oportunidad para las empresas.
De hecho, como agentes de cambio, debemos dar respuesta a objetivos ambiciosos como conseguir un planeta mejor, más seguro y próspero para la humanidad. En esta línea, el propósito más importante para SANTALUCÍA es cuidar de las personas sin olvidarnos del valor del entorno y del futuro que dejaremos a generaciones venideras. Trabajar para alcanzarlo es lo que llevamos haciendo más de 100 años.
Y es que la Sostenibilidad es compromiso. Se trata de una forma de hacer las cosas, no solo de intentar “ser verde”, lo que también implica un cambio cultural. Las empresas debemos ser conscientes del impacto que la sostenibilidad tiene en nuestro modelo de negocio y del impacto que nuestro modelo de negocio supone para la sostenibilidad. El sector de los seguros, en este sentido, está jugando un papel cada vez más importante en la lucha contra el cambio climático y en la promoción del desarrollo sostenible. Debemos actuar en consecuencia y entender muy bien sus implicaciones.
A veces, parece que existe una carrera por ver quién es más sostenible, pero no debe ser así. Para nosotros forma parte del propio proceso de crecimiento de una empresa centenaria, de cómo entendemos la relación con nuestro entorno, con nuestros clientes, proveedores y empleados, de ser conscientes de que también tenemos una responsabilidad, tanto de cara a gestionar los riesgos sostenibles que puedan impactar en nuestro negocio como de aprovechar las oportunidades de este nuevo entorno. O de conseguir que en el desarrollo de nuestras actividades lo hagamos evitando perjuicios para el medioambiente o la sociedad.
Esta forma de hacer aporta innumerables ventajas para una organización como la nuestra. En primer lugar, impacta sobre el pilar del negocio que es asegurar riesgos. Los riesgos de sostenibilidad, fundamentalmente ambientales, pero también sociales, son cada vez más relevantes desde el punto de vista de probabilidad de ocurrencia y de intensidad de su impacto. Debemos entenderlos para poder identificarlos y gestionarlos convenientemente.
Ahora bien, no debemos olvidar que estos problemas también generan oportunidades. Sabemos que la transición ecológica, la descarbonización de la economía, etc., en los próximos años va a generar un flujo muy relevante de inversiones en determinados sectores y actividades que deberemos ser capaces de aprovechar, por ejemplo, a través de nuestras inversiones o de ofrecer productos más sostenibles ajustados a la demanda de nuestros clientes.
Nos encontramos, sin duda, una oportunidad para crear valor compartido: "hacer bien” nuestro negocio tiene un impacto directo en la capacidad de nuestra empresa para "hacerlo bien" en beneficio de la sociedad y el entorno.