Publicado el

En las puertas del Mundial de Brasil me ha latido el corazón el recuerdo de quizás el único jugador que ha sido “campeón de todo”. Pedro Cea fue campeón olímpico, de América y del Mundo, marco gol en todas las finales y jugó todos los partidos. Pedro Cea es un mito en Uruguay, pero nació en Redondela (Pontevedra). 

EL PRIMER MUNDIAL

El 30 de julio de 1930, en un abarrotado estadio Centenario de Montevideo, la selección de Uruguay derrotaba por 4-2 a la Argentina y se proclamaban los primeros Campeones del Mundo de Futbol.

El equipo celeste entraba en la leyenda del deporte. No solo habían ganado el campeonato mundial, sino que eran los vigentes campeones olímpicos, y además por partida doble (1924 Paris, 1928 Amsterdam). El deporte de “los once” se convertía en una religión para los charrúas. El escritor Eduardo Galeano dice en uno de sus cuentos que “la camiseta celeste era la prueba de la existencia de la nación, el Uruguay no era un error”, desde entonces, cuando juega la selección “hasta las moscas paran el vuelo”.

En la formación titular campeona olímpica y mundial figuraba un español de nacimiento. Pedro “vasquito” Cea. Fue parte esencial de un equipo que asombró al mundo revolucionando la forma de jugar y entender el fútbol. Hasta ese momento todo el mundo jugaba al “estilo inglés”, con patada larga y la pelota alta; los uruguayos jugaban “en cortito y al pie” con fintas y cambios de ritmo, a algunos cronistas les parecia que jugaban al ajedrez con la pelota. En las olimpiadas y en sus giras europeas, la gente se agolpaba en los estadios para verlos. Henry de Montherland, uno de los grandes escritores franceses, y un gran poeta sobre temas deportivos, escribió “una revelacion ¡He aquí el verdadero fútbol! Lo que nosotros conocíamos, lo que nosotros jugábamos, no era, comparado con esto, más que un pasatiempo de escolares”. 

DOS NIÑOS “YELERITOS” CAMPEONES DEL MUNDO

Pedro Cea creció en el barrio de Arroyo Seco, en Montevideo, en donde estaba la fábrica de hielo. Fue uno de los muchos “yeleritos”, muchachos repartidores que, colgados del carro del vendedor, saltaban y se dispersaban corriendo para repartir el hielo casa por casa, con las manos vendadas para que no se las quemara el frío. Compartía pescante con Pedro un chico más joven, llamado Héctor, que había perdido una mano; “el manco”, le llamaban. Al finalizar la jornada, sobre las cinco de la tarde, aun tenían ánimo para ir a jugar a la pelota día tras día, a los campos de tierra, donde se demoraban hasta que ya no se veía ni la portería. Los dos inseparables amigos comenzaron a jugar juntos en el Lito F.C. y juntos llegaron a ser campeones del mundo. Para más asombro, los dos marcaron en la final: Pedro metió el gol del empate a 2 y  Hector “el manquito” Castro anotó el definitivo 4 a 2 en el último minuto de la final y recibió el abrazo de todos con su único brazo levantado. Fue la única ocasión en que un equipo logra remontar un marcador en una final mundialista.

Los_dos_amigos

NACIDO EN ESPAÑA

Gustavo Loureiro, nacido en Montevideo, ex jugador del Celta y Deportivo, y técnico de deportes de la Universidad de Vigo es también un apasionado de la historia del futbol uruguayo y preside una asociación gallega de seguidores del Nacional.

Cuenta que en los libros de historia del club él leyó siempre a  Pedro “vasquito” Cea como natural de Galicia. El mote de “vasquito” viene del apellido materno Errauzquin. Concreta que era de Gondomar y comparte alguna anécdota : “un viaje que hizo con NACIONAL, jugó en Vigo y un coche lo llevó a ver a su familia a Gondomar lo que resultó un gran acontecimiento para la época ya que era el año 1925 (año en el que NACIONAL realizó la mayor gira que ningún equipo del mundo ha hecho jamás, ya que estuvo más de 6 meses de gira, jugó innumerables partidos y sólo perdió uno  frente al Barcelona, al que días después en la revancha derrotó)....y Cea llegó a Gondomar en un taxi regalando camisetas de NACIONAL lo que hizo que todo el pueblo fuera tricolor.” 

TODO UN PERSONAJE.

Pedro Cea era todo un personaje, extraño, con fuerte carácter, individualista y especial. Nunca creyó, por ejemplo, en la influencia de la altura en el rendimiento de los futbolistas. Preguntado, años después de su retirada,  en Radio Rivadavia de Buenos Aires sobre si no les había afectado la altura en México, respondió con una media sonrisa…”no, porque en ese tiempo México estaba al nivel del mar…”

En Youtube puede verse un precioso reportaje sobre aquella final e imágenes de Pedro Cea (minuto 07:46). A Propósito, Santos Irirarte (07:53) es un clon de Diego Costa.

 

 

**

Jaime Mariño Chao

(@Xayme)


 

En este artículo se habla de:
Opinión

¡Comparte este contenido en redes!

300x300 diario responsable

Advertisement
Este sitio utiliza cookies de terceros para medir y mejorar su experiencia.
Tu decides si las aceptas o rechazas:
Más información sobre Cookies