Hope era un joven perro labrador negro, que había pasado toda su vida en la montaña, cuidando del ganado y ayudando en las faenas de la granja. Pero además de todo ello tenía un sueño: correr algún día en el canódromo y ser un campeón.
Siempre que bajaba a la ciudad se quedaba mirando las luces y los carteles de las próximas carreras; y si además coincidía en domingo, escuchaba desde fuera el griterío del público, el bullicio y la emoción de la competición.
Durante años se estuvo preparando en silencio. Entrenaba muy duro al acabar su jornada, lloviese, hiciera sol o soplara el viento; hacia largos kilometrajes, y también series de ejercicios específicos. Un día hizo un test totalmente profesional y el cronómetro le dio una respuesta afirmativa: ¡estaba preparado para competir! Sus tiempos eran similares a los galgos profesionales.
Al llegar al canódromo, con la ilusión desbordando sus ojos chispeantes, fue recibido por el Departamento de Recursos Caninos (RRCC). En la sala había un enorme cartel que decía: “trabajamos para captar el talento exterior”, y eso le animó todavía más. Él tenía talento, sin duda, hacía grandes marcas, estaba preparado.
- ¿Tu eres Hope?- Le preguntaron asombrados los de RRCC.
- Si, yo soy -Contestó con seguridad.
- Pero…¡tú no eres un galgo! ¿Cómo te presentas aquí?¿Estás loco?
- No soy un galgo, pero corro como ellos – dijo Hope con algo de rabia contenida- Incluso sé que seré capaz de ganarles. Sólo necesito una oportunidad, una carrera, sólo una.
- Ya…a ver, viendo tu CV (Currículum Veterinario) vemos que no tienes pedrigrí, esto no es tan sencillo sabes.
- Sólo pido una oportunidad. Ya sé que mi CV no es tan brillante como el de otros, pero déjenme correr una sola vez y les demostraré que soy bueno.
- Pero…tu CV es malo.
- Escuchen, solo puedo demostrar que soy bueno ¡corriendo! Pero ustedes no me dejan hacerlo.
- ¿Por qué íbamos a darte esa prueba?
- Se suponen que ustedes, son expertos en detectar el talento. ¿Es que no hay otro método aparte del CV?
- Lo sentimos, quizás seas muy bueno, pero no nos vamos a arriesgar ni un milímetro. Si fueras un galgo te daríamos esa oportunidad, aunque fueses malo. Pero sólo eres un labrador. Quizás corras mucho, no decimos que no, pero no será en este canódromo en donde lo hagas.
-Deberían cambiar el cartel y poner “trabajamos para captar el talento exterior…siempre que seas un galgo”.
- Anda, vete de aquí a pastorear, nunca debiste bajar de las montañas.
Hope salió entristecido. Pero esa tristeza sólo le duró unos minutos. Enseguida miró al cielo, respiró hondo, y comenzó a buscar un nuevo canódromo en donde correr. “Hay muchos”, se dijo, “no pararé hasta encontrar uno en el que me dejen correr, en el que haya alguien que sí que sepa ver el talento más allá de un Currículum Veterinario y de prejuicios.” Le animaba una enorme determinación. Y caminando serenamente, se dirigió a la siguiente ciudad.
Hace ya algunos meses que no se nada de Hope. Por eso escribo esta fábula. Si alguna vez, en alguna carrera, ven una mancha oscura entre los galgos, un bullir nervioso, algo diferente, chispeante, vivo y apasionado. No lo duden ¡Es Hope! ¡Lo ha conseguido al fin! Y, permítanme un consejo final. Apuesten por él. Ganará.
