Robeco, una reconocida gestora de activos a nivel internacional, ha lanzado su cuarta encuesta Global sobre Inversión Climática, revelando datos esenciales para impulsar la transición energética. Esta investigación, llevada a cabo entre 300 inversores, destaca las marcadas diferencias regionales en cuanto a las actitudes hacia la inversión climática. A continuación, se presentan algunos de los principales hallazgos:
El estudio también destaca el compromiso de las aseguradoras con la consecución de cero emisiones netas, en contraste con otros inversores institucionales y mayoristas, posiblemente debido a su exposición única al cambio climático. Alrededor del 39% de las aseguradoras se han comprometido públicamente con este objetivo, y otro 20% está en proceso de hacerlo. Sin embargo, los inversores de Norteamérica muestran una mayor reticencia, con casi la mitad (46%) evitando comprometerse, frente al 26% del año anterior.
Lucian Peppelenbos, estratega de clima y biodiversidad de Robeco, comenta: “Los resultados de la encuesta indican que muchos inversores están adoptando un enfoque centrado y diligente hacia la descarbonización de sus carteras de inversión, avanzando así hacia una economía futura con bajas emisiones de carbono. A medida que comprenden mejor el trabajo duro que implica la transición climática, aumenta el escrutinio sobre la integración de la sostenibilidad en la gestión de las inversiones”.
Otro aspecto destacado es que más del 75% de los inversores anticipan una transición desordenada, con solo una minoría creyendo en una colaboración ordenada entre gobiernos y mercados para reducir las emisiones. Solo el 15% cree en una transición ordenada, mientras que el 8% teme un escenario de alto calentamiento global con escasas medidas para evitarlo. Además, hay menos optimismo sobre el logro del objetivo del Acuerdo de París de limitar el calentamiento global por debajo de los 2°C, con solo el 30% considerándolo posible.
En cuanto a las estrategias de inversión, actualmente se destinan más fondos a estrategias climáticas generales que a aquellas centradas específicamente en empresas en transición. Sin embargo, se espera que el 63% de los inversores comiencen a invertir en empresas con planes de transición creíbles en uno o dos años. Esta cuestión también influye en los estilos de inversión preferidos, con un 45% utilizando estrategias activas de renta variable centradas en empresas en transición, y un 43% invirtiendo en bonos verdes o centrados en la sostenibilidad, siendo esta tendencia más marcada en Europa y APAC.
Peppelenbos concluye: “La transición hacia un modelo económico más verde solo será posible si los inversores participan activamente, premiando a las empresas que adoptan el cambio y retirando el apoyo a aquellas que lo rechazan. Es alentador ver cómo los inversores de la región de Asia-Pacífico están liderando en este aspecto, mostrando un firme compromiso con la transición climática”.