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"Ciudad 2030: Nueva Economía y Cambio Climático", un documental elaborado por NESI Global Forum que muestra cómo los diferentes modelos de la nueva economía, como la economía circular, la economía del bien común, las finanzas sostenibles, el consumo colaborativo o la bioconstrucción, ofrecen soluciones reales para convertir las ciudades en lugares más sostenibles, más saludables y más habitables

La ciudad ideal del 2030 será: ¿Más sostenible, saludable, habitable e integradora?

Si nos trasladamos al año 2030, más de dos terceras partes de la población mundial vivirán en ciudades. Son espacios donde se emiten más del 70% de los gases de efecto invernadero y se genera la mayor parte de los residuos y vertidos que contaminan la tierra y las aguas. Estamos ante la imagen de una "ciudad asesina" donde la contaminación, el tráfico, la superpoblación y las tensiones causadas por el impacto disruptivo de las tecnologías y los cambios sociales nos están matando silenciosamente. 

El pasado martes, tuvo lugar la presentación del documental Ciudad 2030: Nueva Economía y Cambio Climático en el Impact Hub Piamonte de Madrid elaborado por NESI Global Forum en colaboración con la Fundación Biodiversidad que muestra los retos medioambientales y sociales a los que se enfrenta la ciudad actual. Los expertos en cambio climático y nueva economía que participaron en el documental fueron Nicola Cerantola de Ecologing; Daniela Pavlova de SANNAS, Asociación de Empresas por el Triple Balance; Iñaki Alonso de Satt Arquitectos; Sandra Castañeda de Triodos Bank España; Albert Cañigueral de Ouishare; Amaya Apesteguia de la OCU; Daniel Trurán de B Corp; Michael Weahterheas de la Wellbeing economy Alliance; Ana Huertas y Juan del Río de Red en Transición; Borja Izaola de Ecoo; el ingeniero Daniel Toro; el consultor Iván del Caz; y Kristina Apiñaniz del clúster Aclima.

El público iba con la idea de asistir a la proyección del documental y acto seguido a un espacio de discusión y debate pero Diego Isabel, fundador y director de NESI Global Forum nos sorprendió con una dinámica distinta. No vimos el documental, sino que nos fueron pasando algunos pasajes del mismo y entre cada píldora, los ponentes iban reaccionando a través de sus experiencias. 

Diego Isabel reflexionó acerca de cómo serán nuestras ciudades dentro de 11 años y del importante papel que las nuevas economías pueden desempeñar para convertirlas en un lugar mejor para vivir, más humano y más respetuoso con el medio ambiente. 

Por otro lado, Nicola Cerantola, fundador de Ecologing, explicó que: “Necesitamos liderar nuevos modelos más resilientes y viables en el tiempo, nuevas formas de producir, consumir y gestionar los recursos, la energía, el agua y los residuos. El actual paradigma económico de extracción, producción y consumo es ambiental y socialmente insostenible. Las nuevas economías nos ofrecen una posible solución. La economía circular, que pretende eliminar el concepto de residuo, es una de las más prometedoras en la lucha contra el cambio climático”. En su turno de palabra, Cerantola insistió en las nuevas tecnologías de fabricación digital, dando el ejemplo de la manufactura aditiva, donde se pretende volver a una producción que cuente con materiales disponibles localmente y regenerados: “Se trata una industria 4.0, distribuida y descentralizada que acorta las cadenas de suministro y convierte las urbes en prosumidoras: es decir, no sólo consumen, sino que producen lo que necesitan”, ha explicado.

En la intervención de Daniela Pavlova, gerente de SANNAS, Asociación de Empresas por el Triple Balance, llamó la atención los conceptos que empleó para referirse a "ciudades muertas" versus "ciudades vivas" de otros países que sí que están haciendo las cosas bien en temas de sostenibilidad. Desde un enfoque más antropológico de las ciudades, destacó la importancia de las relaciones entre los habitantes de una ciudad y el entorno urbano, explicando que “durante décadas, la planificación estratégica del crecimiento de las ciudades ha ignorado la dimensión humana. Cuanto más crecía una ciudad, más coches había por habitante, más carriles para automóviles en sus centros y más carreteras en sus periferias. Las ciudades perdieron sus espacios comunes, sus zonas peatonales y con ello perdieron su imagen vital y sana. Una ciudad invadida por automóviles es una ciudad muerta e insegura”.

Pavlova respondió a cómo sería la ciudad ideal del 2030 diciendo que la clave está en crear "ciudades vivas" no tiene que ver sólo con la mejora de la calidad del aire o la reducción de la contaminación auditiva y lumínica: “Tenemos que activar la vida de nuestras ciudades. Más zonas peatonales significa más gente que pasea, observa, se para e interactúa con su entorno. Así es como devolveremos la función principal de la ciudad, que no es otra que ser nuestro ecosistema, un ambiente humano y salubre”, ha asegurado.

Desde el punto de vista arquitectónico, Iñaki Alonso, director de SATT Arquitectos, argumentó la responsabilidad de la arquitectura en la construcción de ciudades más sostenibles: “La arquitectura es la causante del 40% de las emisiones de CO2, y su impacto en el medio ambiente se focaliza en dos ámbitos: la energía que gasta el edificio y la energía que consume en su construcción. Tenemos que descarbonizar la construcción, ir hacia una construcción que mitigue el cambio climático. La tendencia ha de ser construir edificios pasivos, que gasten lo mínimo posible y que el coste energético en el uso del edificio sea el menor”.

La cuarta ponente fue Sandra Castañeda, directora de Desarrollo Corporativo de Triodos Bank España, que desde el enfoque financiero defendió la necesidad de una financiación de impacto: “Tenemos que ser capaces de alinear al sector financiero en la misma dirección para limitar el cambio climático en el marco de los objetivos del Acuerdo de París sobre el Clima y para aplicar los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Sólo a través de unas normas financieras más eficaces es posible animar a las entidades a que sopesen adecuadamente el impacto social de sus actividades, y a que mejoren la comunicación con sus clientes, para el desarrollo de una sociedad verdaderamente sostenible”, ha subrayado.

Tras las ponencias se generó una conversación fluida entre asistentes y ponentes, se desprendía un gran interés por un cambio de paradigma donde se tengan las tres ecologias en cuenta, subrayó Iñaki Alonso, la ecología social, medioambiental y la más importante la mental. La comunidad tiene que implicarse en el diseño y biología de las ciudades apuntó Nicola Cerantola, añadiendo que el consumo es el primer acto político del cambio. El público salió de la presentación con la gran tarea de volver a casa para poder finalmente ver el resultado del documental. 

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