Si entráis en mi perfil de El Diario Responsable, veréis que trabajo para una empresa llamada Ener2Crowd. Se trata de una empresa que gestiona inversiones, mediante crowdfunding, en proyectos que reducen el nivel de CO2 emitido a la atmósfera. No quiero hacer publicidad (aunque, si os apuntáis, no os arrepentiréis), pero es necesario mencionarlo para entender lo que voy a explicar a continuación. Hay plataformas que permiten prestar dinero a particulares, a tipos de interés anualizados muy elevados. Está claro que los inversores se sienten atraídos por el rendimiento, pero ¿se sienten cómodos invirtiendo en un producto que no es sostenible para el deudor?