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En el tema de la RSE como herramienta de gestión estratégica para la empresa/entidad y como metodología multidisciplinar que incorpora sobremanera los aspectos sociales y de la comunidad en general, comenzemos por sacar la "paja" de nuestros propios ojos ...

 

Asomado a la ventana del tiempo que nos toca vivir, los paraguas por doquier, ocultan el rostro de las organizaciones y personas que van y que vienen, orillando charcos y apretones, a la búsqueda del cobijo que les permita sortear el aguacero.

 

Creo sinceramente que el sol de "bruja" de un mal interpretado modelo del bienestar, nos ha impedido augurar a tiempo, las nubes y el chaparrón.

 

Dicen los economistas que las crisis son cíclicas, pero yo me pregunto si aún no hemos aprendido nada de etapas anteriores, que supongo debieron ser motivo de reflexión y análisis pormenorizado.

 

Hablamos de progreso, de TIC, de innovación, de conocimiento ... y va a resultar al cabo de un suspiro, que Milton Friedman tenía razón cuando nos hablaba en relación a la RSE, de la contribución de las empresas a la maximización de la eficiencia del sistema económico. En la actualidad, si algo no han hecho las corporaciones responsables de la crisis, ha sido precisamente eso : Contribuir con sus beneficios a la eficiencia del bien común.

 

Por eso la "estafa" como se dice en un artículo publicado en este diario, no está tanto en el concepto de RSE -que bastante tiene con aguantar antes, el sol de "bruja" y ahora el chaparrón-, sino en las personas;  en las malas personas que sin ética ni principios hominales, dirigen MAL, como no podía ser de otra manera, sus propios negocios -amparados en  contribuciones de capital y de trabajo-.

 

Asomado a la ventana del tiempo que nos toca vivir, "basta ya de patear las calles del bienestar sin orden ni concierto", y de ocultar el rostro de la irresponsabilidad, bajo la tela mojada de un paragüas.

 

Dice el refrán qeu siempre que llueve escampa ... pero como sigamos horadando la capa de ozono de nuestro sistema político-social, con pesticidas fraudulentos, con sistemas financieros "sin usuarios, ni contraseñas" y con una gestión de la rex pública que reza a Santa Bárbara cuando la lluvia es huracán, los agujeros negros se van a comer el sol de la esperanza.

 

Hoy más que nunca, la responsabilidad social debe figurar en las agendas de trabajo del empresariado, de la Administración, de los partidos políticos y por que no, de la propia sociedad civil.

 

La estafa no está ni ha estado nunca en la RSE, sino en las personas que amparadas en una razón social, de una u otra manera, nos han engañado a todos y a todas.

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