La Sostenibilidad es un concepto global, compartido y dirigido por organizaciones internacionales como la ONU, la Unión Europea y la OCDE, cuyo objetivo –delegado por los estados soberanos– es definir las estrategias. Las cuestiones ASG tienen que ser gestionadas por todas las empresas, con las generaciones futuras como único y verdadero grupo de interés.
El primer paso, ya factible y esperado, es cambiar un enfoque centrado en la empresa hacia uno que priorice a las generaciones futuras. En realidad, ninguna empresa puede definir la sostenibilidad ambiental, sino aspirar a ella. Esa es una tarea de los estados soberanos, quienes han delegado en organizaciones internacionales la definición de las directrices de sostenibilidad, incluyendo el medioambiente.
El segundo paso, necesario y urgente, es la capacidad de reacción y la resiliencia que el mundo empresarial, político y social demostró durante la pandemia y que ahora es una prioridad. El verano pasado, las sequías y olas de calor nos sorprendieron. Ha llegado el momento de reaccionar prioritariamente con acciones de adaptación y transformación hacia una economía de impacto cero. Esta voluntad de avanzar juntos se observa en grandes "contaminadores" de sectores industriales incluidos en la Taxonomía europea para orientar sus planes, como el gas o la química. También en grandes empresas de servicios públicos como Acea en Italia y Red Eléctrica en España, que mostraron una reacción rápida y resiliente ante crisis (por ejemplo, sequías y olas de calor en el centro-sur de Italia y el apagón en España) con un alto nivel de resiliencia.
Las finanzas sostenibles abordan crecientes desafíos estratégicos. La variable medioambiental en el marco ASG es crucial para una gobernanza sólida, ya que es medible y guía a inversores y otros actores. Un enfoque sistémico y armonizado en la gestión de riesgos, siguiendo directrices internacionales, es vital. La supervisión de las agencias de calificación ASG por la ESMA en 2026, bajo regulación de la Unión Europea, estandarizará sus estructuras y gobernanzas. La cobertura legal de estas agencias transformarà la calificacion de sostenibilidad en otro instrumento (más allá de certificaciones ISO) como garantía de la gestión del riesgo ambiental para generaciones futuras.
