Con más de 20 años de experiencia, Standard Ethics es la primera agencia de calificación ESG que se basa en el modelo applicant-pay (solicitante-pagador) y la que utiliza un enfoque holistico, que se fundamenta en las directrices internacionales propuestas por la ONU, la OCDE y la Union Europea, incluso todos los ODS. Una metodología recientemente destacada como ejemplo por la Comisión Europea en la Evaluación de impacto que acompaña a la Propuesta de Reglamento de Calificación ESG.
En el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, el ODS 14 reconoce al océano como un elemento clave para hacer de nuestro planeta un lugar habitable para el ser humano. Según los científicos, la lluvia, el suministro de agua potable, el clima, los litorales, gran parte de nuestra comida e incluso el oxígeno del aire que respiramos dependen del mar. Con espacio limitado para demostrar la importancia de la preservación de los océanos y del agua como recurso natural, nos centraremos en el papel que las finanzas y las inversiones sostenibles pueden desempeñar en la promoción de las directrices internacionales de sostenibilidad impulsadas por la ONU, la Unión Europea y la OCDE para la economía del mar.
El cambio climático es una amenaza para los océanos, sus ecosistemas y su biodiversidad. Aunque la tarea de definir respuestas coordinadas recae en las organizaciones internacionales antes mencionadas, la "economía azul" se presenta como un territorio inexplorado y prometedor para alcanzar un sistema económico más sostenible. Los bonos azules, un instrumento financiero relativamente nuevo, tienen el potencial de desempeñar un papel importante en la financiación de la economía azul y, por supuesto, en la consecución del ODS 14. Actualmente, el volumen agregado de estos bonos ronda los 3 billones de dólares, y la mayoría de los emisores son naciones soberanas, lo que sugiere una posible demanda a medio plazo por parte de otros actores económicos. Los bonos azules están alineados con la Estrategia de Financiación Sostenible de los Océanos de la Comisión Europea, los principios de la Economía Azul del PNUMA y los Estándares Ambientales y Sociales (EAS) del Banco Mundial.
Aunque todavía carecen de una definición propia, los bonos azules pueden clasificarse como emisiones ESG-linked o emisiones "verdes" según la estructura de la financiación. Cuando la emisión de deuda financia un proyecto de infraestructura para la preservación y la protección de los océanos, y el uso de los ingresos está certificado por una agencia de calificación ESG u otro agente independiente, los bonos azueles se asemejan a los bonos verdes. Por otro lado, los bonos azules se asemejan a la deuda ESG-linked cuando los ingresos de la financiación no están sujetos a restricciones, lo que brinda al emisor mayor libertad en el uso de los fondos recaudados. Sin embargo, en este último caso, surge la preocupación de la Agencia Standard Ethics. Las emisiones ESG-linked en general carecen de retroalimentación sobre el uso que la empresa hace de los ingresos obtenidos en el mercado, lo que puede llevar a una evaluación errónea por parte de inversores y el mercado, y, por lo tanto, no generar el impacto inicialmente buscado.
La protección de nuestros océanos debe seguir siendo una prioridad. Si los bonos azules se definieran con precisión y su potencial se aprovechara rápidamente, estos nuevos instrumentos de finanzas sostenibles podrían ayudar a mejorar nuestros sistemas económicos al movilizar capitales para que empresas y actores económicos inviertan en infraestructuras más efectivas para proteger el planeta y cumplir con los intereses de las futuras generaciones.