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Cada vez son más los organismos, empresas y personas que están sensibilizados con la necesidad de cuidar la salud mental. La Organización Mundial de la Salud y la Organización Mundial del Trabajo son dos ejemplos de ello, con sus reiterados llamamientos a cuidarla a través de la adopción de medidas para abordar trastornos como el estrés o la depresión. Hablamos de un tema esencial y universal para el bienestar y la prosperidad de la sociedad y que se debe cuidar en todos los ámbitos de la vida, en las comunidades, en los colegios, en los hogares y, por supuesto, también en el entorno laboral donde el ODS 3 de Salud y Bienestar y el ODS 17 de Alianzas para lograr los objetivos cada vez están ganando mayor protagonismo en las estrategias ESG de las empresas vinculadas con los empleados.
La salud mental, cada vez más presente en las estrategias ESG

De hecho, las empresas y organizaciones estiman que cada año se pierden 12.000 millones de días de trabajo por causas como la depresión y la ansiedad, lo que cuesta a la economía mundial casi 16.000 millones de dólares. Unas cifras inasumibles a nivel empresarial pero también humano, y que se pueden reducir de manera importante con la puesta en marcha de mecanismos que ayuden a los trabajadores al cuidado y mantenimiento de una buena salud mental. Afortunadamente, cada vez son más las empresas que son conscientes de los beneficios que aporta el hecho de implementar estrategias de salud mental entre sus trabajadores, pero aún queda mucho camino por recorrer.

Entre esos beneficios, y en primer lugar, cuidar y promover el bienestar mental de los empleados es esencial para mantener un ambiente de trabajo positivo y saludable. Esto implica ofrecerles recursos y apoyos para que los trabajadores puedan manejar el estrés o la desmotivación que puedan sentir en momentos determinados, con el objetivo de que puedan encontrar un equilibrio en sus responsabilidades y quehaceres diarios en el trabajo y, a su vez, para que desarrollen habilidades para el autocuidado. Cuando los trabajadores se encuentran en un estado de estrés crónico, ansiedad o depresión su capacidad para concentrarse, tomar decisiones y resolver problemas se ve disminuida. Ofrecer estas herramientas inducirá también a que se sientan más motivados y comprometidos con su trabajo, siendo capaces de alcanzar su máximo potencial, lo que sin duda influirá en su productividad y rendimiento.

La importancia de fomentar una cultura empresarial positiva

Otro de los factores que hay que tener en cuenta es que la falta de atención a la salud mental puede llevar a un aumento del absentismo laboral y a una mayor rotación de personal dentro de las empresas y organizaciones. Recientemente, Fremap acaba de publicar el Estudio de la Evolución de los trastornos mentales y del comportamiento” en la incapacidad temporal y pone de relieve que la duración media de las bajas finalizadas en este grupo de enfermedades alcanzó en el año 2021 los 97,68 días de media con un incremento del 45,62% respecto al año 2015.

Esta incidencia pone de manifiesto que los problemas de salud mental no tratados pueden llevar a bajas por enfermedad frecuentes y prolongadas. Además, los empleados que experimentan un alto nivel de estrés o insatisfacción laboral pueden buscar otras oportunidades laborales. Al cuidar su salud mental, las empresas pueden reducir el absentismo y retener a su talento.

Además, el hecho de fomentar un ambiente de trabajo que valore la salud mental crea una cultura empresarial positiva. Cuando las empresas se preocupan por el bienestar de sus empleados, se promueve la confianza, la comunicación abierta y el apoyo mutuo. Esto no solo mejora la salud mental de los empleados, sino que también fortalece el sentido de pertenencia y la satisfacción laboral.

Tampoco podemos perder de vista el hecho de que las organizaciones tienen la responsabilidad de cuidar el bienestar de sus empleados. Al invertir en programas de bienestar y promover la salud mental en el lugar de trabajo, las empresas demuestran su compromiso con el cuidado de las personas y contribuyen al desarrollo de una sociedad más saludable y equilibrada. La buena noticia es que cada vez más empresas incorporan en sus programas de Responsabilidad Social o ESG las cuestiones del cuidado de la salud mental y el bienestar de los empleados en sus estrategias de gestión de personas.

Forética acaba de publicar el ‘Toolkit para integrar la salud mental en la empresa’, en el que hemos participado desde Affor Health y en el que se destaca que priorizar la salud mental debe ser considerado una inversión a largo plazo que genera beneficios tanto para los empleados como para la organización, incluyendo un mejor rendimiento, una imagen de marca positiva, retención de talento y cumplimiento normativo.

En definitiva, al crear entornos laborales que valoren y apoyen la salud mental, las empresas pueden generar un impacto positivo tanto en la vida de los empleados como en su propio éxito a largo plazo. Y no podemos olvidar la conexión entre la vida personal y laboral de las personas. Un trabajador que cuente con una buena salud mental es garantía de éxito no sólo en su entorno laboral, sino también fuera del mismo, lo que contribuye al bienestar de la sociedad. Poner a su disposición estrategias para el cuidado de su salud mental redunda en un beneficio colectivo y en el bien de la comunidad global.

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