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La importante capacidad de un buen líder para gestionar el talento interno

Es fundamental que un buen líder tenga la capacidad de llevar a cabo un trabajo de introspección, tanto personal como del equipo que lidera, para identificar las fortalezas y las áreas de mejora.

Es el punto de partida para pasar a la acción, para empezar a valorar el talento de sus colaboradores y así potenciarlo y sacarle el máximo partido. Aprender a gestionar el talento es una tarea esencial que debe realizar un buen líder, para así también aumentar la motivación de sus empleados y conseguir los resultados deseados.

Por este motivo, es importante utilizar un método como EINCOA. Una herramienta para impulsar, gestionar y acompañar a los líderes, a la hora de hacer frente al cambio vertiginoso que estamos viviendo y así conseguir los mejores resultados, tanto en las personas como en las organizaciones.

Ese cambio, y a la velocidad que se produce, es lo que las organizaciones, con sus líderes a la cabeza, tienen que afrontar con determinación y seguridad. Este método con la finalidad de que los líderes sepan cómo gestionar los conflictos empresariales, la adversidad, la comunicación y el cambio, desaprender los modelos de gestión obsoletos, tomar mayor consciencia de la situación y obtener un mayor y mejor desarrollo en las personas y las organizaciones. EINCOA está configurado en cuatro pasos: escucha, indaga, comunica y actívate.

Un buen líder tiene que tener una capacidad de escucha consciente, entender el problema y la necesidad que hay que abordar en su organización. Es fundamental una escucha activa para determinar y definir aquello en lo que se debe trabajar, y hacerlo en positivo, de manera productiva, no destructiva.

El siguiente paso es indagar; investigar, explorar, abrir nuevas posibilidades, descubrir lo que da vida y mueve a la organización, potenciar las fortalezas, las habilidades, el talento.

Por supuesto, la comunicación también es un área esencial. Hay que escuchar y también proponer. Es un intercambio que fluye hacia ambos lados. El buen líder tiene que fomentar una comunicación eficaz y eficiente, donde se refleje tanto la visión personal como colectiva.

Y el último paso es poner en acción, activarse, dejar a un lado la queja, el victimismo y pasar a ser protagonista. Después de escuchar, de investigar y de generar una comunicación activa, hay que pasar a la acción, crear propuestas alcanzables que reúnan todas las voces participantes, que reflejen el compromiso individual y colectivo. Un plan de acción que recoge las iniciativas del conjunto de la organización, de todos sus integrantes, porque para ello se han llevado a cabo los tres pasos anteriores.

Un buen líder tiene que tener la capacidad de fortalecer los vínculos entre la organización y los trabajadores, tanto a nivel profesional como emocional. Tiene que identificar el talento dentro de su empresa y saber cómo desarrollarlo para retenerlo, aumentando la motivación y provocando la satisfacción del trabajador. El objetivo es incrementar la productividad y hacerlo con colaboradores comprometidos, motivados y satisfechos. Tiene que ser capaz de lograr que cada miembro de su equipo logre identificar su propio líder interior, reconocer su propósito, entender qué le motiva, qué le impulsa a pasar a la acción. Necesita sentirse escuchado, saber que forma parte de las soluciones y no solo de los problemas.

Para gestionar el talento interno, un buen líder tiene que entender la importancia de uno de los activos fundamentales de cada organización: el factor humano. Para garantizar el éxito empresarial, no solo hay que fijarse en los objetivos y los resultados, es fundamental ocuparse del bienestar de los colaboradores. Siempre digo que, si uno quiere liderar a un grupo de personas, lo primero que tiene que hacer es liderarse a uno mismo, conocer sus valores, sus creencias, sus motivaciones, y también sus áreas de mejora. Por eso, decía al principio que un buen líder tiene que empezar por realizar un trabajo de introspección.

Trabajar esta capacidad permite mejorar el área de comunicación, lo que favorece las relaciones interpersonales, abriendo así una nueva línea, que beneficia tanto al crecimiento personal como al de la organización.

Un buen líder tiene que escuchar, indagar, comunicar y activar a las personas que están a su cargo, para gestionar el talento interno y no solo adaptarse al cambio, sino también favorecer nuevos cambios, necesarios para seguir creciendo y mejorando.

En este artículo se habla de:
Opiniónbuen lídertalento interno

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