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A hombros de gigantes

También en el entorno de la RSC deberíamos aprovechar la ventaja de "auparnos a hombros de gigantes", caminar bajo la ruta segura que han marcado los predecesores, expertos, estudiosos, investigadores en las muchas materias que forman en conjunto lo que entendemos por Responsabilidad Social.

Esta famosa expresión, la metáfora de los enanos y los gigantes, [1] que Newton utilizó pero que se atribuye a Bernardo de Chartres e, incluso, a autores anteriores a él, enfatiza la importancia de apoyarnos en nuestros “portadores”, es decir, en aprovechar la ventaja que nos ofrece la posibilidad de mirar el mundo desde la perspectiva de nuestros predecesores, aquellos que han desarrollado el pensamiento, la ciencia y la cultura a lo largo de la historia de la humanidad. Esta oportunidad de generar un diálogo con el pasado reciente y subirnos a hombros de gigantes para construir el futuro, es algo que debería aplicarse también a la RSC como disciplina.

Aunque, podríamos afirmar que la Responsabilidad Social es una disciplina relativamente reciente, unos 70 años de historia,[2 son muchos los artículos científicos, libros y manuales de multitud de autores a nivel internacional y local que han estudiado, investigado y escrito sobre esta materia y materias relacionadas con la RSC. Como también son multitud las iniciativas, la legislación y los movimientos que han determinado la evolución de la RSC hasta nuestros días. Sin embargo y, a pesar de todo lo escrito, investigado y avanzado, parece que nos movemos en un bucle que se empeña en llevarnos de nuevo y, en numerosas ocasiones, a la casilla de salida. La RSC resulta, de alguna manera, vulnerable a las modas y tendencias que insisten en dar vueltas a la terminología o en inventar nuevos nombres para los mismos conceptos, haciendo que lo parezcan novedosos. Puede que esto se deba a que la investigación vaya muy por delante del ritmo de las empresas y la sociedad y que estas tardan mucho en conocer, interiorizar y aplicar aquello que nuestros autores vienen afirmando desde hace ya algunos años. Manifiestos recientes como el de Davos, la declaración de la Business Roundtable o el stakeholder capitalism, entre otros, no son más que la reiteración de algunos de los conceptos esenciales en los que se basa la gestión de la RSC: la priorización e integración del diálogo con los grupos de interés en la estrategia de la organización.

Puede que sea necesaria la avanzadilla teórica de los pensadores e investigadores para que la RSC siga evolucionando pero, también es cierto, que es necesario un verdadero conocimiento, profundo y honesto por parte las empresas y de los profesionales que se dedican a ella, de lo que es la Responsabilidad Social, de todo lo que implica y de todo lo que abarca, desde aspectos ambientales hasta cuestiones de ética empresarial. En definitiva, para avanzar en RSC hay que seguir sumando en un empeño colectivo sobre lo que ya se conoce y está aceptado y consolidado. Si no queremos “volver a empezar” de manera cíclica y a celebrar como hallazgos lo que forma parte de la literatura científica desde hace algunos años hemos de auparnos a hombros de nuestros gigantes que, por fortuna, son muchos para construir mejores empresas para una mejor sociedad.

 [1] Recomendamos la lectura del capítulo “A hombros de gigantes” (Eco, U. (2018). A hombros de gigantes. Lumen) que hace un recorrido histórico sobre el significado de esta expresión y los autores que la utilizaron.

  [2] Ver artículo: https://ethic.es/2020/07/rsc-70-anos-de-historia/

 

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