No podría decirse que aquellas actividades que las empresas realizan en la periferia de su actividad principal sean ilegítimas, pero, ¿no deberían a la vez revisar sus desempeños centrales para mejorarlos y asegurar que los impactos de los mismos se reduzcan a su mínima expresión posible?
Ciertamente, compensar remediando es mejor que negar el problema o nuestra participación en el mismo, pero mejor que remediar es prevenir y es allí donde los líderes empresariales pueden ejercer un rol activo superador: el enfoque preventivo.
Existen negocios controversiales por naturaleza en los que el cumplimiento o no de la ley imperante surge como criterio para su aceptación o su desaprobación social. Otros que están basados en tensiones estructurales difíciles de resolver.
Para estos casos, cuando se intentan generar iniciativas de compensación sin siquiera repensar la estrategia, las mismas pueden volverse un bumerang para las compañías que optan por transitar estos caminos.
Si una empresa comercializa un producto comestible que afecta negativamente la salud, los consumidores comienzan a demandar que revise los atributos de dicho producto para mejorarlos antes de que dicha empresa genere una campaña de voluntariado con la sociedad para mejorar escuelas de la comunidad.
Si otra compañía paga salarios decididamente bajos, ¿sería razonable que implemente planes de beneficios extrasalariales para fidelizar a sus colaboradores?
Por último, si una empresa genera impactos negativos en el ambiente y la comunidad, ¿debería dedicarse a acciones vecinales destinadas a mejorar su licencia social para operar?
Y no es que una campaña de voluntariado con la sociedad para mejorar escuelas, o implementar planes de beneficios extrasalariales para fidelizar a sus colaboradores, o las acciones vecinales destinadas a mejorar su licencia social para operar esté mal.
Solo se espera que las empresas y sus conductores adopten enfoques estratégicos y no tácticos a la hora de ganar confianza de sus públicos clave, sin la cual, sus posiciones de mercado serán puestas en riesgo.
Finalmente, será la coherencia el factor clave que asegurará la sustentabilidad empresaria en sociedades que exigen cada vez más evidencias de que los negocios y el bien común pueden convivir en un mismo ámbito.