Jorge Ramos es una de las figuras más influyentes entre la comunidad hispana de Estados Unidos, formada por más de 50 millones de personas y que está en crecimiento no sólo demográfico, sino social y económico. Con ocho premios Emmy en su haber, es presentador del Noticiero Univisión, además de conducir el programa Al Punto y América with Jorge Ramos en Fusión TV.
Para valorar Univisión en su justa medida, baste decir que en julio de 2013 fue el canal más visto en EE.UU. (¡y emite en español!), por encima de FOX, NBC, CBS y ABC. Un dato asombroso.
En un artículo reciente, titulado “¿Por qué están tan enojados los españoles?” el periodista relataba las sensaciones de su visita a España y realizaba un retrato en el que creo que todos, sinceramente, nos reconocemos. Leerlo resulta muy recomendable porque nos hace saber que las personas que nos visitan, millones de turistas cada año, perciben nuestro cabreo, nuestro mal humor, nuestro hastío y nuestra falta de ilusión por el futuro.
Todos hemos visto como en poco más de un lustro nuestro entorno iba perdiendo sonrisas para ganar ceños fruncidos. Viajar en metro en hora punta, y observar los semblantes, nos habla de gente agobiada por mil cosas y que salta a la mínima. Pruebe usted a equivocarse en una rotonda o tomar el carril equivocado y sálvese usted como pueda de los improperios que le van a caer encima. ¿Dónde quedó aquella vitalidad española, aquella potencia alegre y llena de espíritu positivo?
Escribe Jorge Ramos que España era percibido como un gran lugar para vivir por “entender como pocos (países) las cosas importantes de la vida”. Sin duda estamos perdiendo muchas cosas: sanidad, educación, calidad democrática; pero el artículo de Ramos debe servirnos como toque de atención de que estamos perdiendo otra cosa muy valiosa y que se nos está escurriendo de las manos, como arena entre los dedos: la alegría y el optimismo.
Cuando viajamos al extranjero no miramos las cifras macroeconómicas, miramos cómo viven y se relacionan sus habitantes y nos traemos a casa una impresión general que nos posiciona, que nos hace simpatizar o no con ese país. Es lo que los expertos en branding llaman Marca País.
Nuestra marca era: “España es un lugar maravilloso para vivir”. Debemos luchar por no perder eso. ¿Y cómo podemos hacerlo? Sonriendo. Sonrisas para combatir el pesimismo y para comunicar que tenemos confianza en el futuro.
Así que…sonría por la calle, en el metro, mientras escucha música o pide un café, mientras camina hacia su trabajo o al buscar un taxi; al recoger a su hijo en el colegio o hacer la compra en el supermercado. Sonría y estará ayudando a salir de este bache a su país porque estará creando Marca España y mejorando la vida de los demás.
Sonría, porque esa persona que se cruza por la calle quizás es Jorge Ramos que nos visita de nuevo y podrá escribir entonces que el enojo de los españoles ya es historia. Ojalá ese artículo pueda escribirse lo antes posible.
Mientras tanto, os envío sonrisas para todos. XD.
