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Con motivo de la celebración del Día Mundial de los Océanos, el próximo 8 de junio, y cuyo lema este año es “las corrientes están cambiando”, el Pacto Mundial de las Naciones Unidas España ha publicado un artículo en el que explora la importancia de impulsar una economía basada en océanos saludables y sostenibles.
Navegando la economía azul

La economía azul, también conocida como economía del océano o economía marina, se refiere al conjunto de actividades económicas relacionadas con los océanos, mares y recursos marinos. Este concepto fue introducido por primera vez por el economista belga Gunter Pauli en su libro "La Economía Azul" en 2010. Este tipo de economía se centra en el desarrollo sostenible de los recursos marinos y busca maximizar los beneficios económicos al tiempo que se minimiza el impacto ambiental. Incluye una amplia gama de sectores y actividades, como la pesca, la acuicultura, el turismo costero, la energía renovable marina, la biotecnología marina, la extracción de minerales marinos, la navegación y el transporte marítimo, entre otros.

Desde el Pacto Mundial de las Naciones Unidas España ha publicado un artículo en el cual sostienen que, hoy más que nunca, necesitamos una economía azul basada en océanos saludables y sostenibles. Pero las masas oceánicas reciben anualmente la colosal cantidad de ocho millones de toneladas de plástico. Según diversas investigaciones los océanos producen más del 50% del oxígeno de nuestro planeta y absorben en torno al 30% del dióxido de carbono de los humanos. Y, sin embargo, los hemos ahogado en plástico. De ahora en adelante, el Tratado Global de los Océanos velará por ellos, tras el acuerdo al que han llegado 200 países para proteger la biodiversidad del 30% de los océanos de cara al 2030, que anteriormente sólo correspondía al 8%.

La publicación afirma que los océanos cubren más del 70% del planeta y albergan la mayor parte de la biodiversidad de la tierra. Además, es la principal fuente de proteínas para más de mil millones de personas en todo el mundo y es clave para nuestra economía. Se estima, que en 2030 habrá 40 millones de personas que trabajen en los océanos. La economía azul reconoce a los mares y océanos como piedras angulares de la economía. Un significado que no sólo se refiere a la explotación del sector marítimo, sino que destaca su impacto sostenible tanto en la economía, como en la sociedad y el medioambiente (criterios ESG).

Una de las premisas fundamentales de la economía azul es la promoción de la innovación y la eficiencia en el uso de los recursos marinos. Se busca fomentar la investigación y el desarrollo de tecnologías y prácticas que permitan aprovechar de manera sostenible los recursos del océano, al tiempo que se minimiza la contaminación y se protege la biodiversidad marina. En este modelo económico también destaca la importancia de la colaboración entre diferentes sectores y actores, incluyendo gobiernos, empresas, organizaciones no gubernamentales y comunidades locales. Se busca establecer asociaciones y sinergias para abordar los desafíos y aprovechar las oportunidades que ofrece el océano.

Algunos ejemplos de iniciativas relacionadas con la economía azul incluyen la promoción de la pesca sostenible, la creación de áreas marinas protegidas, el desarrollo de parques eólicos marinos, la utilización de algas marinas como materia prima para la producción de bioplásticos y biocombustibles, y la implementación de técnicas de cultivo de mariscos y peces de forma responsable.

El deterioro de la salud de los océanos y el aumento de la contaminación y la basura oceánica no debe continuar. Por este motivo, el Pacto Mundial de la ONU ha lanzado un llamamiento para que todas las empresas independientemente de que participen o no en el sector marítimo adopten los Principios para un Océano Sostenible. Es importante destacar que la economía azul es una oportunidad de negocio para las empresas. Para que ocurra, se necesita una mejora del estado de salud tan crítico que tienen los océanos. Los expertos advierten que el futuro de nuestro planeta depende de cómo se desarrolle la economía azul. Una economía que hasta hoy presenta riesgos como la pesca excesiva e ilegal, la contaminación y la ausencia de datos.

Pese a la gran importancia de preservar el medio marino, la contaminación es una constante. El artículo del Pacto Mundial expone que cada segundo se arroja a los océanos más de 200 kilos de basura y según apunta Greenpeace, sólo vemos la punta del iceberg: únicamente el 15% de los plásticos queda en la superficie. Actualmente, hay 5 islas de basuras: dos en el Pacífico, dos en el Atlántico y una en el Índico. En España, se desechan 30 millones de latas y botellas diariamente y la mitad de los plásticos terminan en vertederos sin reciclarse.

Una agenda ambiciosa de trabajo que está cambiando y que queda recogida en las tendencias sostenibles y el tsunami normativo que está recorriendo el tejido empresarial. En el sector de los plásticos, por ejemplo, la introducción de la Ley de residuos y suelos contaminados para una economía circular o el Real Decreto de envases y residuos de envases sientan un antes y un después en el tratamiento de los plásticos. Desechamos un 14% más que en 1995, por eso es importante crear procesos eficaces y eficientes que marquen el futuro del sector del reciclaje y reutilización de residuos.

Si bien el panorama es poco alentador, es preciso destacar que muchas empresas han entendido el valor que los océanos sin plásticos tienen para nuestro planeta. Por este motivo, el artículo destaca su compromiso con el ODS 14 Vida Submarina y el ODS 12 Producción y consumo responsables:

  • Mares circulares, de Coca Cola, un proyecto holístico que limpia los fondos marinos y entornos acuáticos, sensibiliza a la ciudadanía e impulsa soluciones circulares.
  • Redes vivas, de Abanca, una iniciativa con la que se recogen residuos plásticos del océano con ayuda de rederas para darles una segunda vida. Además, también incorpora la recuperación de las artes de pesca y se recicla para su colocación en canchas y campos deportivos.
  • RepescaPlas, de Aimplas, con el que se define un mapa de densidades de basuras. Se recogen, recogen y se crea merchandaising del propio proyecto.
  • H2O, de Alain Afflelou, con el que fabrican gafas a partir de 5 botellas de plástico recicladas procedentes de los océanos para darle una segunda vida.

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