Una vez más, el espacio de reflexión y diálogo propiciado por TRANSVERSA abordó los temas más urgentes de la agenda de sostenibilidad actual. La quinta edición 2022 arrancaba el pasado jueves, 3 de noviembre, con una pregunta en el aire: ¿Cómo la regulación ASG (ambiental, social y de gobierno corporativo) afecta a las diferentes funciones de la empresa? Fernando Riaño, director de Sostenibilidad/ESG y Relaciones Institucionales en Grupo Social ONCE, fue el encargado de dar la bienvenida al centenar de asistentes que se dieron cita de manera presencial y a los 150 espectadores en remoto, posicionando la sostenibilidad como parte de la estrategia y de la cultura empresarial, que cada vez está más conectada con las diferentes áreas, de una manera más transversal.
Alberto Andreu, presidente de DIRSE desarrolló la ponencia marco “el tsunami regulatorio que viene en materia ASG” y es que esta quinta edición de TRANSVERSA ha estado centrada en los cambios legislativos en materia de Sostenibilidad (ASG) y en cómo éstos se perciben y viven desde las distintas áreas funcionales más afectadas. Siguiendo el eje del encuentro, el experto en sostenibilidad recordó uno de los recientes cambios legislativos más significativos que ha estado protagonizado por el nuevo acuerdo político provisional sobre el reporte de información corporativa en materia de sostenibilidad (CSRD), alcanzado el pasado 21 de junio por el Consejo y el Parlamento Europeo (sobre el que DIRSE se posicionaba), que evidencia que nos enfrentamos a una nueva era del reporting corporativo. Si bien es innegable que, desde estas trasformaciones ha habido importantes avances, Andreu sostuvo que la carrera regulativa es contrarreloj y comenzó hace unos pocos años.
En relación a los informes, el presidente de DIRSE sostuvo que estos suponen un resumen de las iniciativas que se encuentran en curso organizadas en torno a cuatro secciones: Ambiental, Social, Gobierno Corporativo e Internacional. Tal es la magnitud de ese tsunami regulatorio en sostenibilidad, que las versiones de este informe quedan desactualizadas con gran celeridad debido a causas externas como por ejemplo los impactos de la invasión rusa de Ucrania en la política energética de la UE y sus posibles efectos en la taxonomía europea. Para concluir, sostuvo que: “el tsunami regulatorio no va de creer o no creer, va de estar preparados para las nuevas exigencias regulatorias, de gestionar los riesgos asociados a la información no financiera y a los objetivos de descarbonización y va, también, de aprovechar todas las oportunidades de este nuevo modelo, igual que pasó con la digitalización”.
En medio de un escenario marcado por los cambios legislativos, TRANSVERSA organizó varias mesas de diálogo centradas en cinco de las áreas funcionales corporativas que se están viendo más afectadas por los cambios regulatorios en materia de Sostenibilidad, a saber:
Sobre el primer punto, Miriam Porres, directora de RSC y Compliance en Sorigué, y Carlos Saiz, vicepresidente socio experto en GRC de Ecix Group y presidente de Cumplen, profundizaron en los aspectos más problemáticos que presenta esta nueva regulación ASG y que suponen un gran esfuerzo por parte de las empresas, que tienen que absorber esta normativa e implantarla. Ambos ponentes coincidieron en que las empresas comprometidas con la sostenibilidad requieren de procedimientos de obligado cumplimiento, así como conocer las leyes y aplicarlas para anticiparse y prevenir posibles riesgos ya que la incorrecta gestión de los aspectos ASG implica potenciales daños para el negocio. Y es que, a estas alturas no basta solo con cumplir la ley, sino que el compliance debe ser algo estratégico, una especie de cultura del cumplimiento.
Fernando Riaño, director de Sostenibilidad/ESG y Relaciones Institucionales en Grupo Social ONCE y Laure Yvenou Government Affairs Manager en Sanofi sostuvieron que adelantarse a las tendencias regulatorias, identificar dónde están las oportunidades y los riesgos, así como alinear mensajes, por lo que trabajan con equipos multidisciplinares es tarea de los profesionales de Asuntos Públicos. Al respecto, ambos coincidían en la afirmación anteriormente expuesta por Alberto Andreu de que “la sociedad es el mayor regulador, al fin y al cabo”. Sin embargo, resulta complicado adaptarse de una manera tan rápida a toda la regulación que se llega, por lo que, se hace necesario un periodo de transición con plazos y visión a largo plazo.
Sigueindo el espíritu de las mesas anteriores, Inés García-Pintos, asesora y docente en Sostenibilidad y Finanzas sostenibles, y Raimundo Fernández-Cuesta, director de Finanzas y Relación con Inversores de Acciona Energía profundizaron acerca de que el trabajo de la dirección de Finanzas y Relación con Inversores se ha adaptado al nuevo contexto. Ambos pusieron de manifiesto que la relación de los ámbitos financiero y de sostenibilidad cada vez se está integrando más, ofreciendo como ejemplo un informe anual de resultados que inevitablemente ya incluye reporte (o parte) con datos de sostenibilidad. Unos indicadores que implican trabajar conjuntamente y que, además, interesa al inversor ya que ser compañías que cumplen con los criterios ASG supone conseguir mayor financiación.
El cuarto aspecto giró en torno a la auditoría interna. En la mesa de diálogo relativa a la función de Auditoría, Carlos Ruiz, director de Sostenibilidad de Acerinox y Mª Isabel Moreno, directora de Auditoría, Control y Riesgos del Grupo Repsol hicieron referencia a los aspectos más controvertidos de la nueva normativa en lo relativo a la función de Auditoría interna. Moreno destacó lo difícil que ponen su trabajo, la cantidad de estándares y marcos existentes, aunque ellos lo han resuelto basándose en los que siempre habían utilizado. La cultura de control para que el reporte de sostenibilidad esté bien reflejado es la base a partir de la cual trabajan con un mecanismo de verificación (de emisiones, por ejemplo) y con informes de aseguramiento anuales. Por último, ambos ponentes coincidieron en que las exigencias en torno a la verificación de la información no financiera acabarán equiparándose a la de la información financiera.
Finalmente, la última mesa estuvo a cargo de Emilio Martín, secretario general de Calidad Pascual y Ana Millán, directora de Negocio Responsable de Accenture Iberia y directora general de la Fundación Accenture España, quienes debatieron sobre el nivel de madurez de los consejos de administración en relación con los mecanismos de control y supervisión en materia de sostenibilidad. En primer lugar, Martín hizo alusión a cómo ha variado el tratamiento de los temas de Sostenibilidad en el seno de los Consejos: “Así como antes era el último punto del orden del día, hoy en día no solo se le escucha, sino que se debaten temas importantes en relación a la estrategia de sostenibilidad, que antes era el patito feo de lo que eran las competencias del Consejo”, añadió. Tanto Emilio como Ana coincidían en el perfil multitask del dirse, aportando un retrato robot de lo que sería el nuevo perfil más demandado: sostenibilidad + digitalización, un tándem que se retroalimenta ya que gran parte de las posibilidades de sostenibilidad corporativa van a ser ejecutadas desde la tecnología.
