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Esta semana se cumple ya medio año de la invasión rusa de Ucrania y los datos son estremecedores. Una guerra, como todas, teñida de violencia y pérdidas irrecuperables que está dejando ver su lado más cruel. El conflicto no parece estar llegando a su fin y las necesidades humanitarias crecen en medio de un contexto mundial adverso.

En todas las guerras pierde la humanidad en su conjunto. Una vez más, estamos asistiendo a un conflicto armado que se ha cobrado millones de vida. Esta semana se cumplen seis meses de la invasión rusa de Ucrania y los datos proporcionados por diferentes organismos internacionales son inaceptables. En una sesión del Consejo de Seguridad dedicada al mantenimiento de la paz y la seguridad en Ucrania, António Guterres recordó que durante el último medio año han muerto y resultado heridos miles de civiles. Unas cifras que posteriormente detalló la secretaria general adjunta de Asuntos Políticos de la ONU, Rosemary Dicarlo, cuando cifró en 5614 muertos y 7946 heridos las víctimas civiles verificadas, según los registros recopilados por la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos. “El mundo ha sido testigo de graves violaciones del derecho internacional de los derechos humanos y del derecho internacional humanitario cometidas sin apenas rendir cuentas. Millones de ucranianos han perdido sus hogares y sus posesiones materiales, convirtiéndose en desplazados internos o refugiados”, indicó Guterres.

Se trata de una de las crisis humanitarias más graves de la historia reciente. A pesar de los avances en el frente humanitario, el titular de la ONU declaró que los combates en Ucrania “no muestran signos de terminar”, y que siguen apareciendo nuevas áreas potenciales de peligrosa intensificación. Y reiteró:  “Las luces de alarma están encendidas. Cualquier acción que pueda poner en peligro la integridad física, la seguridad o la protección de la central nuclear es simplemente inaceptable. Cualquier escalada de la situación podría llevar a la autodestrucción. Hay que garantizar la seguridad de la central y restablecerla como infraestructura puramente civil”.

Entre las múltiples reacciones a los seis meses del inicio de la guerra, la responsable de la Misión de Observación de los Derechos Humanos de la ONU en Ucrania, Matilda Bogner, destacó que desde el 24 de febrero se produjeron 327 casos de detenciones arbitrarias y desapariciones forzadas (279 hombres, 47 mujeres y 1 niño) en el territorio controlado por las fuerzas armadas rusas y los grupos armados afiliados.

Por parte de las fuerzas del orden ucranianas documentó 39 detenciones arbitrarias (35 hombres y cuatro mujeres) en las que se habrían violado las garantías procesales y judiciales del derecho a la libertad, y otros 28 casos (24 hombres y cuatro mujeres) que pueden equivaler a una desaparición forzada. Bognes destacó que la escalada del conflicto también ha afectado a los grupos más vulnerables de la sociedad. Al respecto sostuvo: “Nos encontramos con personas mayores, personas con discapacidad, cuyas casas han sido dañadas o destruidas, que no pueden permitirse alquilar una vivienda en zonas seguras, ni reparar los tejados, paredes y ventanas con sus pequeñas pensiones. Tienen que elegir entre comprar medicinas esenciales o combustibles duros para almacenar para el próximo invierno”.

El Secretario General añadió que la próxima llegada del invierno en el hemisferio norte crecerán las necesidades humanitarias para millones de personas que precisarán asistencia y protección. “A medida que esas necesidades se disparan, es imperativo que los actores humanitarios en Ucrania tengan un acceso seguro y sin obstáculos a todas las personas que requieren asistencia, sin importar dónde vivan” sentenció. 

Según el Programa Mundial de Alimentos el 20% de la población de Ucrania no tiene suficientes víveres. De acuerdo con las estimaciones del Programa Mundial de Alimentos, 345 millones de personas padecerán inseguridad alimentaria aguda o un alto riesgo de inseguridad alimentaria en 82 países con presencia operativa del Programa. Esto representa un aumento de 47 millones de personas con hambre aguda debido a los efectos de la guerra en Ucrania. Sobre este punto, y con respecto a la reciente visita de Guterres a Ucrania y la supervisión de la Iniciativa de Granos del Mar Negro, un acuerdo alcanzado entre ese país y Rusia, bajo los auspicios de las Naciones Unidas, el referente de Naciones Unidas explicó que hay docenas de barcos entrando y saliendo de los puertos ucranianos, cargados hasta ahora con más de 720.000 toneladas métricas de granos y otros productos alimentarios y concluyó: “En 2022, hay suficientes alimentos en el mundo; el problema es su distribución desigual. Pero si no estabilizamos el mercado de los fertilizantes en 2022, simplemente no habrá suficientes alimentos en 2023”.

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