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Oliver Wyman, firma estadounidense de consultoría de gestión, ha elaborado el primer Índice de Transición Verde, un análisis detallado de los avances de 29 países europeos -los pertenecientes a la UE, Reino Unido y Noruega- en materia de sostenibilidad y reducción de emisiones en base a siete categorías clave que representan las principales fuentes de emisiones de la economía del continente. En el informe, la consultora afirma que, si bien el sector energético español se encuentra entre los que más avanzan en Europa hacia un modelo medioambiental sostenible, la posición en el ránking de nuestro país se ve lastrada por su gestión de los residuos, las elevadas emisiones en el transporte y una muy mejorable conservación de la naturaleza.

Alcanzar la sostenibilidad medioambiental es, actualmente, una de las mayores prioridades para las administraciones. Detener la emergencia climática requiere del compromiso de todos los sectores y es por ello que los Estados, de diferentes modos, están orientando su accionar para obtener mejores resultados en materia de protección medioambiental.

Con el objetivo de conocer el estado de situación global, la consultora Oliver Wyman ha elaborado el primer Índice de Transición Verde, un análisis detallado de los avances de 29 países europeos -los pertenecientes a la UE, Reino Unido y Noruega- en materia de sostenibilidad y reducción de emisiones en base a siete categorías clave que representan las principales fuentes de emisiones de la economía del continente. Este Índice examina y compara el grado de sostenibilidad medioambiental del sistema económico de cada país; su nivel de conservación de la naturaleza; las emisiones de su industria manufacturera; el avance en el uso de tecnologías de transición por parte de las energéticas; la calidad medioambiental de su transporte; la sostenibilidad de sus edificios y el grado de circularidad en materia de gestión de residuos.

En términos generales, la investigación afirma que Europa lleva a delantera en materia de sostenibilidad. Sin embargo, aún quedan muchos aspectos por mejorar. Para ayudar a los países a evaluar su progreso en la senda hacia la sostenibilidad y la reducción de emisiones, el Índice de Transición Verde de Oliver Wyman dibuja un panorama desigual dentro del continente europeo que, si bien lidera la carrera mundial hacia la sostenibilidad, todavía permanece muy alejado del objetivo de limitar el calentamiento global a 1,5ºC para finales de siglo. Concretamente, se observa que el 84% de las empresas europeas aún no ha establecido un objetivo basado en la ciencia (SBTi) para conseguir esa limitación del calentamiento global y el 77% aún no ha establecido ningún tipo de SBTi. En esta línea, para lograr el objetivo de reducir las emisiones de efecto invernadero un 55% respecto a los niveles de 1990 para el año 2030, la Comisión Europea calcula que se necesitan inversiones por una media de 1.040 millones de euros anuales en el continente, lo que supone 360.000 millones de euros más de media de lo que se invierte actualmente en tecnologías enfocadas a la neutralidad en carbono.

Los expertos explican que, además, el escenario se agrava a raíz de la invasión rusa de Ucrania, que ha puesto en jaque al sistema energético europeo y, ante la pérdida del suministro de gran parte del gas y petróleo rusos, la Comisión Europea adelanta el incremento del consumo de carbón en un 5% durante la próxima década y ya estudia el impulso a otras fuentes energéticas contaminantes como la nuclear o el gas natural licuado (GNL). 

Al analizar estos datos, En este contexto, el Índice de Oliver Wyman, concluye en primera instancia que la implementación de políticas públicas contundentes dirigidas hacia la sostenibilidad y la conciencia ambiental de los consumidores que empuje a las industrias a ir un paso más allá para reducir emisiones se posicionan como los principales motores que impulsarán al continente europeo hacia la consolidación de economías y sociedades más verdes.

Otra de las conclusiones que se desprede del índice es que el avance entre los países de la Unión Europea está siendo muy desigual entre ellos. De este modo, el documento revela una clara ventaja de los Países Bajos con respecto al resto de Europa en cuanto a su progreso en los ámbitos de la sostenibilidad y la reducción de emisiones. Como alumno aventajado del continente, se sitúa como líder del ránking con una puntuación agregada de 57,4 sobre 100, registrando puntuaciones destacadas en todas las categorías y sobresaliendo especialmente en el campo de la gestión de residuos, gracias a sus esfuerzos en la implantación del reciclaje y su proporción per cápita de residuos depositados en vertederos.

Por su parte, al analizar los resultados del Índice desde una perspectiva regional, los países escandinavos son los que obtienen los mejores resultados, seguidos de Europa Occidental, los Estados Bálticos, Europa Oriental y Europa Meridional. En este sentido, se observan grandes diferencias entre el nivel de progreso de unas regiones y otras, e incluso entre los distintos países de una misma región. Así, si bien Escandinavia lidera contundentemente las áreas de Economía y Conservación de la Naturaleza y Europa Occidental en las categorías de Industria Manufacturera y en la Gestión de Residuos, los países del sur de Europa no destacan en ninguno de los segmentos, teniendo a Italia como único representante 
en el top 10 del a clasificación general. Lastrada especialmente por el bajo rendimiento de Grecia y Chipre, la región meridional debe mejorar principalmente en las categorías de Conservación de la Naturaleza – en la que sus países ocupan cinco de los siete últimos puestos- y en la de Gestión de Residuos, debido esencialmente a factores como la deficiente explotación del agua, la alta exposición de la población urbana a los contaminantes atmosféricos y la baja proporción de terrenos marinos y terrestres protegidos como porcentaje de la superficie total del país. 

¿Qué sucede en España?

En el análisis global de los países del viejo continente, según la investigación, nuestro país se encuentra aún a medio camino en su senda hacia la sostenibilidad medioambiental. Concretamente, España ocupa la posición número 14 de 29, con una puntuación de 49,6 sobre 100, por detrás de países de su entorno como Francia o Italia. Si bien queda patente que todavía queda un largo camino por recorrer para alcanzar la sostenibilidad total, nuestro país destaca positivamente en las categorías de Economía y Energía en las que registra la quinta y séptima posición global respectivamente.

Tal como señala el Índice, nuestro país debe su puntuación de 64,3 sobre 100 en el segmento de Economía en gran medida a la destacada reducción de emisiones de gases de efecto invernadero registrada en el periodo de 2015 a 2020 -siendo el segundo país analizado que más las recortó, un 21%- y por una mayor eficiencia en el uso de la energía (España redujo el uso de la energía un 11% entre 2015 y 2020 en comparación con el ajuste del 6% de media de todos los países europeos analizados). Asimismo, la alta puntuación en esta categoría responde al aumento de su gasto público en I+D orientado a la sostenibilidad medioambiental en relación al total del gasto público en I+D en el mismo periodo de tiempo (+41% vs. la media en 2020).

La buena noticia es que el país mediterráneo entra al Top 10 (exactamente en la séptima posición) del segmento de Energía con una puntuación de 36,2 por delante de países como Finlandia o Suecia, gracias a la fuerte apuesta que se viene haciendo en el sector energético por avanzar en el despliegue de energías renovables y tecnologías de transición especialmente el hidrógeno verde. En concreto, España es el país de todos los analizados en el informe con mayor relación MW/millón de euros en proyectos de hidrógeno verde en relación al PIB, seis veces por encima de la media de los países europeos en 2021. En cuanto al peso de renovables en producción eléctrica, alcanzó el 45% en 2020. Para seguir escalando posiciones en este ámbito, España debe mejorar en lo referente a proyectos de baterías de almacenamiento y de captura y almacenaje de CO2, señalan desde Oliver Wyman.

FIalmente, y como contracara , nuestro país se sitúa entre las posiciones más bajas del ránking en las categorías de Gestión de Residuos -en la que ocupa el puesto 23 de 29- y de grado de Sostenibilidad del Transporte -en la que permanece en la vigésimo segunda posición-. Estos datos revelan la necesidad de España de mejorar cualitativamente en áreas como la circularidad de su economía, la reducción de los residuos domésticos, la penetración del transporte público (15% de España vs.25% de los países líderes) o la expansión de los vehículos eléctricos o híbridos para reducir la intensidad de emisiones por pasajero (puesto 23 en el ránking).

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