Oxfam revela en un informe que la violencia machista está muy presente en la vida de las y los jóvenes latinoamericanos, quienes aún la consideran “normal”. El documento titulado Rompiendo Moldes: Transformar imaginarios y normas sociales para eliminar la violencia contra las mujeres, analiza los comportamientos y creencias de los y las jóvenes de 15 a 25 años de ocho países de América Latina y el Caribe, en torno a la violencia y las relaciones de pareja.

Para María Reglero, responsable de Derechos de las Mujeres de Oxfam Intermón, “los datos son alarmantes y evidencian que los imaginarios y normas sociales de la región se construyen en clave machista, clasista y racista, y se van reproduciendo de generación en generación tanto en los países de América Latina que han participado en el estudio como en España donde 54 feminicidios han tenido lugar solo en lo que va 2018”. Para Oxfam, la violencia machista no es un callejón sin salida y es posible reducirla y eliminarla. “Parte de su prevención empieza por conocer, cuestionar y modificar estos imaginarios y normas sociales que normalizan la desigualdad de género y la discriminación de mujeres, niñas y personas con identidades de género diversas”, afirma Reglero.

Según el resultado de 4.731 encuestas, 47 focus group y 49 entrevistas en profundidad entre la población encuestada, el documento analiza los comportamientos que (re)producen la violencia machista de la región. En Bolivia, Colombia, Cuba, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y República Dominicana, 6 de cada 10 hombres de 15 a 19 años encuestados por Oxfam creen que los celos son una demostración de amor. Así mismo, un 65% de ellos piensa que cuando una mujer dice “no” a una relación sexual, en realidad quiere decir “sí”. Igualmente, 7 de cada 10 consideran que la responsabilidad de ser tocadas o acorraladas es de las mujeres por la ropa que usan y un 40% de ellos piensa que si una mujer ha consumido alcohol, se presta a que un hombre tenga relaciones sexuales con ella, aunque esté inconsciente.

El informe señala que si bien se ha producido un avance legislativo, las brechas en la implementación refuerzan la impunidad social y jurídica en la erradicación de las violencias contra mujeres y niñas. Sin un presupuesto adecuado ni los mecanismos efectivos para la prevención, atención y sanción es muy difícil disminuir la violencia contra las mujeres. 

Los resultados de esta investigación son preocupantes. El 56% de los hombres y el 48% de las mujeres de entre 20 y 25 años afirman conocer casos de violencia que han sufrido sus amigas en los últimos doce meses, lo que muestra la alta prevalencia de esta problemática entre la población joven.

Además, la amenaza de muerte como una de las causas por las cuales una mujer no abandona una relación violenta es alarmante: seis de cada diez mujeres y hombres jóvenes creen que las mujeres no salen de las relaciones de pareja violentas porque el hombre amenaza con matarlas, mientras que cinco de cada diez creen que las mujeres consideran que la violencia que sufren es normal. La normalización de la violencia llega a tal punto que el 86% de las y los jóvenes no intervendría si un amigo le pega a su novia.

Esta indiferencia frente a la violencia es aún más preocupante al constatar que el 62% de los hombres de 15 a 19 años de la región justifica la violencia sexual por el consumo de alcohol en los varones y que el 72% culpa de las agresiones a las mujeres por la ropa que usan. 

“Los datos de Rompiendo Moldes demuestran que el machismo es aceptado y tolerado por muchos jóvenes en la región. Este hecho, especialmente en América Latina y el Caribe –donde tenemos 14 de los 25 países del mundo con mayor número de feminicidios–, debe encender las alarmas para que actuemos de forma urgente. La normalización de este machismo “del día a día” muchas veces termina en las peores consecuencias. Prueba de ello son las 1,831 mujeres asesinadas en 2016 sin más motivo que su género, de acuerdo a cifras de CEPAL. Sabemos que esto puede y ya está cambiando, y debemos impulsar y apoyar a los jóvenes en esta transformación para que vivan libres de la violencia de género”, apunta Damaris Ruiz, coordinadora de Derechos de las Mujeres de Oxfam en América Latina y el Caribe.

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