En los últimos años, hemos presenciado un cambio significativo en cómo las personas planifican sus viajes. Cada vez más, los turistas ya no buscan solo un lugar para descansar y desconectar, sino que valoran experiencias auténticas que respeten el entorno, promuevan la cultura local y contribuyan al desarrollo sostenible. Este cambio no es una moda pasajera, sino una necesidad que refleja la creciente conciencia global sobre la importancia de proteger nuestro planeta.