El sujeto moral tiene que tener unas características básicas, sin las cuales, no podríamos considerarlo tal. Libertad, Conciencia y Voluntad, son, en este sentido, requisitos imprescindibles. Y, por consiguiente, el analogatum princeps del sujeto ético, el sujeto moral más obvio e inmediato no es otro que el ser humano: no nace hecho, se va haciendo al paso que actúa. Configura su carácter, mediante hábitos: los adquiere por la repetición de conductas... y, llegados a un cierto umbral, ya parecería como que fueran los hábitos -buenos o malos: virtudes o vicios- los que lo configuraran a él.Si ello es así, la pregunta parece obvia, cuando queremos hablar de Ética DE la empresa -y no sólo, ni meramente, de Ética EN la empresa.