En el último tiempo, ha quedado claro que la lucha contra el cambio climático es un deber de todos: ciudadanía, Estados y empresas. Cada actor puede contribuir desde un lugar diferente y el sector privado tiene mucho por hacer. Entre otras cosas, las compañías pueden contribuir recurriendo a los créditos de carbono, un sistema creado y formalizado en el Protocolo de Kioto de 1997 y confirmado en los Acuerdos de París de 2015. Se trata de una herramienta fundamental en un contexto como el actual, marcado por múltiples crisis. Para comprender cómo funciona este mercado y cuáles son sus principales beneficios, el área de sostenibilidad de CaixaBank ha publicado un informe en el cual lo analiza en profundidad.
Ver noticia