En un momento en que el cambio climático replantea nuestra relación con la naturaleza, la gestión forestal emerge como un imperativo para la adaptación y mitigación. La presión sin precedentes recientes sobre los bosques exige una acción urgente para proporcionar servicios esenciales y promover la resiliencia socioecológica. Es necesario reconocer su potencial y transformar nuestros bosques en una "infraestructura verde" que contribuya a enfrentar los desafíos del cambio climático.