En la sociedad actual la innovación se ha convertido en un motor de desarrollo y cambio, y es un elemento clave para definir la competitividad de las empresas. Tradicionalmente, la innovación empresarial tenía lugar en los departamentos de I+D de grandes corporaciones, pero la explosión del fenómeno emprendedor y los múltiples ejemplos de startups disruptivas que han modificado completamente las dinámicas de muchos sectores económicos, han cambiado el foco de atención del “elefante” a la “gacela”.