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Un nuevo informe global de la consultora McKinsey revela que las grandes empresas están reorganizando sus estructuras internas para sacar mayor provecho de la inteligencia artificial generativa. La publicación sostiene que mientras aumenta su uso, se refuerza la gobernanza, se contratan nuevos perfiles profesionales y se rediseñan los flujos de trabajo, al menos por ahora, no se observa un impacto drástico en el mundo del trabajo.
La inteligencia artificial generativa reconfigura la empresa

La IA generativa gana terreno en las grandes corporaciones: el avance de la inteligencia artificial generativa (gen AI) está dejando de ser una promesa para convertirse en una realidad tangible dentro de las estrategias empresariales. Según el último informe de McKinsey Global Survey on AI, más del 75% de las organizaciones ya emplea algún tipo de inteligencia artificial en al menos una de sus funciones, siendo la IA generativa la que crece con más rapidez.

Este auge está impulsando transformaciones internas significativas, especialmente en empresas con ingresos anuales superiores a los 500 millones de dólares, que lideran el proceso de adaptación. Estas organizaciones están rediseñando sus flujos de trabajo, creando nuevas estructuras de gobernanza y gestionando los riesgos asociados al uso de la IA de forma más activa.

Una de las claves del éxito en la implantación de esta tecnología es el papel que juega el liderazgo. El informe destaca que la supervisión directa por parte de los CEO está fuertemente relacionada con los mejores resultados empresariales derivados del uso de IA. En el caso de las grandes empresas, esta implicación de la alta dirección resulta aún más determinante. Aunque el 28% de las compañías afirma que su CEO lidera la gobernanza de la IA, en muchas otras esta tarea se reparte entre varios cargos directivos o incluso se delega en los consejos de administración.

Reestructuración interna para integrar la IA

La verdadera transformación ocurre cuando las empresas replantean cómo trabajan. Según McKinsey, una de cada cinco organizaciones que ya utiliza IA generativa ha rediseñado por completo algunos de sus procesos internos. Además, se observa una tendencia a centralizar ciertos elementos clave como la gestión de riesgos y el cumplimiento normativo, mientras que otras áreas, como la adopción de soluciones tecnológicas o la captación de talento, se abordan de forma más distribuida.

A medida que la IA generativa se integra en actividades como la atención al cliente o el marketing, las empresas se enfrentan a nuevos retos relacionados con la calidad y la veracidad de los contenidos generados automáticamente. En este sentido, el informe señala que solo el 27% de las organizaciones revisa todos los outputs creados por IA antes de hacerlos públicos, mientras que otro tanto afirma que supervisa menos del 20%. Los sectores más exigentes en esta supervisión son los servicios profesionales, legales y empresariales, lo que refleja un mayor nivel de riesgo reputacional o legal en estas áreas.

Riesgos bajo la lupa y nuevos perfiles profesionales

Las organizaciones están incrementando sus esfuerzos por mitigar riesgos como errores en los resultados, vulnerabilidades en ciberseguridad o infracciones de propiedad intelectual. Las empresas de mayor tamaño son las más activas en la gestión de estos peligros, aunque aún queda camino por recorrer en aspectos como la explicabilidad de los algoritmos.

Para responder a estos desafíos, las compañías están incorporando nuevos perfiles profesionales. Un 13% ha contratado especialistas en cumplimiento normativo vinculado a IA, y un 6% ha sumado expertos en ética de la inteligencia artificial. A pesar de estas incorporaciones, la demanda de talento sigue superando la oferta, especialmente en áreas como la ciencia de datos o la ingeniería de aprendizaje automático.

Impacto limitado sobre el empleo, por ahora

Aunque podría pensarse que el aumento del uso de IA lleva a despidos masivos, la realidad es más matizada. El 38% de las personas encuestadas considera que el tamaño de la plantilla no cambiará significativamente en los próximos tres años. Eso sí, las tareas automatizadas están siendo reemplazadas por nuevas funciones o por una dedicación mayor a otras responsabilidades no automatizables.

Solo en determinados sectores, como servicios de atención o gestión de inventario, se prevén reducciones de personal. Por el contrario, en áreas como desarrollo de productos o tecnologías de la información, se espera que el número de trabajadores aumente.

España se encuentra ante un futuro que ya está aquí.Para el ecosistema empresarial español, especialmente el vinculado a la sostenibilidad y la transición ecológica, estas transformaciones abren tanto oportunidades como desafíos. El uso estratégico y ético de la IA generativa podría acelerar procesos clave en la gestión ambiental, la eficiencia energética o la trazabilidad de la cadena de suministro. Pero para lograrlo, será imprescindible combinar innovación tecnológica con una fuerte gobernanza y visión de justicia social.

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