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Naciones Unidas (ONU) ha designado 2025 como el Año Internacional de la Preservación de los Glaciares, una iniciativa que busca alertar al mundo sobre la importancia vital de estas reservas de agua dulce y los riesgos que enfrenta la humanidad si continúan retrocediendo.
2025: Un llamamiento global para salvar los glaciares

Los glaciares, que proporcionan agua dulce a más de 2.000 millones de personas, son esenciales para mantener los ecosistemas, garantizar la seguridad hídrica y apoyar sectores clave como la agricultura, la energía y la industria. Sin embargo, su rápida desaparición, provocada por el cambio climático, representa una amenaza tanto a corto como a largo plazo para la estabilidad medioambiental y la supervivencia de muchas comunidades.

Descriptos como las “torres de agua del mundo”, los glaciares almacenan cerca del 70% del agua dulce del planeta y cubren alrededor de 700.000 km² de superficie terrestre. Sin embargo, las altas temperaturas están acelerando su deshielo. La Organización Meteorológica Mundial (OMM) confirmó que 2024 fue el año más cálido registrado, y que los glaciares experimentaron la mayor pérdida de masa de las últimas cinco décadas.

Celeste Saulo, secretaria general de la OMM, advirtió sobre las graves consecuencias del retroceso glaciar: “En 2023, todas las regiones del mundo con glaciares registraron pérdidas de hielo. Este deshielo compromete la seguridad hídrica de millones de personas y aumenta la probabilidad de desastres naturales como avalanchas e inundaciones”.

En diciembre de 2022, la Asamblea General de la ONU proclamó el Año Internacional de la Preservación de los Glaciares, fijando el 21 de marzo como el Día Mundial de los Glaciares. Esta iniciativa busca sensibilizar sobre el papel crucial de los glaciares y las consecuencias de su desaparición, impulsando acciones concretas para protegerlos. Entre las prioridades destacadas se encuentran:

  • Ampliar los sistemas de monitoreo glaciar, para mejorar la recolección y análisis de datos.
  • Desarrollar alertas tempranas que prevengan riesgos relacionados con el deshielo.
  • Promover la gestión sostenible de los recursos hídricos en regiones dependientes de glaciares.
  • Preservar el patrimonio cultural y los conocimientos tradicionales asociados a estos entornos.

Bahodur Sheralizoda, presidente del Comité para la Protección del Medio Ambiente de Tayikistán, confía en que esta declaración movilice a la comunidad internacional e inspire soluciones para proteger estos recursos insustituibles.

Más allá del agua: patrimonio y biodiversidad

Los glaciares no solo son una fuente de agua dulce, sino también una ventana al pasado. Actúan como “cápsulas del tiempo congeladas”, conservando valiosa información sobre patrones climáticos antiguos, composición atmosférica y actividad humana a lo largo de milenios. Para muchas comunidades indígenas en Asia, América Latina, el Pacífico y África Oriental, los glaciares son también espacios sagrados, ligados a deidades y tradiciones culturales. La UNESCO ha reconocido algunos de estos sitios como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, subrayando la necesidad de protegerlos no solo por su valor natural, sino también por su significado espiritual y cultural.

El Año Internacional de la Preservación de los Glaciares 2025 insta a los gobiernos, organizaciones y ciudadanos a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y a implementar estrategias de adaptación para mitigar el impacto del cambio climático.

“Este año debe ser un punto de inflexión en los esfuerzos globales. Es hora de actuar antes de que sea demasiado tarde”, concluyó Celeste Saulo. La preservación de los glaciares no solo es clave para la sostenibilidad ambiental, sino también para garantizar un futuro seguro para las generaciones venideras.

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