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El director global de Negocio Responsable en BBVA ha analizado la importancia de la educación financiera como elemento clave para el desarrollo sostenible en una tribuna de opinión publicada por el diario La República de Colombia. En dicho artículo, el referente de la banca dejó en claro que la sostenibilidad y el cambio climático son uno de los mayores desafíos actuales para la humanidad. En el proceso de cambio hacia modelos más respetuosos y resilientes, Ballabriga planteó que la formación juega un rol protagónico. En este nuevo escenario, sostuvo que existen tres retos a los cuales debemos hacerles frente: la concienciación, la comprensión y la acción.

En una tribuna de opinión publicada por el diario La República de Colombia, Antoni Ballabriga recordó que la Agenda 2030 de Naciones Unidas y el Acuerdo de Paris son dos hitos que marcan la importancia de construir modelos de desarrollo sostenibles en nuestras sociedades contemporáneas.  En este sentido, hizo hincapié en que cada vez somos más conscientes de las consecuencias que nuestro modelo económico actual puede traer al medioambiente, a la sociedad y a la forma en que vivimos.

En el escenario actual, en el cual la sostenibilidad y el cuidado del planeta cobran cada vez mayor relevancia, el director de Negocio Responsable en BBVA afirmó que el sector financiero juega un papel importante en la financiación de este modelo. Por un lado, ya que este moviliza capital, integrando la sostenibilidad en sus procesos y en la gestión de riesgos; y por el otro, por el asesoramiento a los clientes, para promover el cambio de comportamiento que esta transformación requiere.

En este sentido, Ballabriga explicó que la educación financiera es una de las mejores palancas para superar los desafíos que plantea la integración de la sostenibilidad en las decisiones financieras. Para profundizar al respecto, retomó a Carlos Torres Vila, Presidente de BBVA, quien sostuvo durante la apertura del evento EduFin Summit que: “la educación financiera es una herramienta esencial para promover un crecimiento sostenible e inclusivo”.

Sin dudas, la formación juega un rol protagónico en este proceso de cambio hacia modelos más respetuosos y resilientes. La sostenibilidad se rige bajo el principio de asegurar las necesidades del presente sin comprometer las de las generaciones futuras, siempre sin renunciar a la protección del medioambiente, el crecimiento económico y el desarrollo social. Para alcanzar estas ambiciosas metas es preciso contar con las herramientas necesarias que son las que aporta la educación financiera.

Antoni Ballabriga planteó que en este nuevo escenario existen tres retos principales: la concienciación, la comprensión y la acción.  El primero de estos retos que refiere a la concienciación afirma que se necesita una mayor toma de consciencia acerca de la importancia de la sostenibilidad entre quienes toman decisiones financieras. Esto incluye el reconocimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y de la existencia del cambio climático, sus efectos y los riesgos asociados, pero también la necesidad de generar conciencia sobre el impacto de las actividades humanas en el capital natural, en la biodiversidad y en el aumento de la desigualdad o sobre lo que significa crecimiento inclusivo.

Un segundo reto es la comprensión. Para Ballabriga resulta fundamental aumentar el conocimiento sobre finanzas sostenibles. Pequeños y grandes inversores deben comprender las diversas estrategias de inversión, la gran variedad de productos financieros sostenibles y cómo funcionan, la necesidad de integración de riesgos ASG y la relevancia del impacto de sus decisiones financieras.

Y finalmente, el último reto es la acción. Quizás este sea el más complejo de lograr, pero también el más necesario ya que hace referencia a que necesitamos traducir concienciación y comprensión en la toma de decisiones. La educación financiera, si se contextualiza y proporciona en momentos clave para el aprendizaje, puede promover el cambio de comportamiento requerido.

Por último, el referente de la banca líder a nivel mundial aseveró que las finanzas sostenibles, o la incorporación de factores ambientales, sociales y de gobernanza en las decisiones financieras, se encuentran en su etapa inicial.  Así, las grandes corporaciones, los inversores institucionales y los gestores de activos están comenzando a incorporar factores ASG en sus políticas y estrategias de inversión. Es por esto que, según Ballabriga, los gobiernos y los bancos centrales están trabajando para promover la movilización de las finanzas sostenibles, una mejor gestión del riesgo y una mayor transparencia. Pero particulares, inversores minoristas y pequeñas y medianas empresas todavía están muy lejos de tales objetivos.

Así, conciencia, comprensión y acción, son tres desafíos que permiten visibilizar el fuerte vínculo entre finanzas sostenibles y educación financiera. Para contribuir en este plano, el referente de la banca sostuvo que en BBVA trabajan arduamente y desde diversos programas por mejorar el conocimiento y las habilidades financieras de la sociedad, no solo de grandes inversores, sino también de pequeños ahorradores, clientes minoristas, empresarios u organizaciones sin ánimo de lucro, ya que esto resulta primordial a la hora de promover colectivamente el desarrollo sostenible.

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