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La Unión Europea y Naciones Unidas pretenden dar un nuevo impulso para asegurarse de que la comunidad internacional sigue centrada en este conflicto y abordar las necesidades humanitarias urgentes de las personas afectadas por él, así como para apoyar la resistencia de los países que acogen a refugiados.

Estas son algunas de las repercusiones de la crisis siria: 13,1 millones de personas necesitan ayuda humanitaria: 6,3 millones están en situación de inseguridad alimentaria; 5,6 millones han huido del país; 1 de cada 3 escuelas han sido dañadas o destruidas. No son frías estadísticas. Son personas. Un pequeño esfuerzo de imaginación: dibuja en tu cabeza una fila con 13 millones de personas, una detrás de otra. Asusta, ¿verdad? Equivale, por ejemplo, a sumar toda la población de Andalucía y Valencia y llenarían 130 estadios como el Camp Nou del Barcelona, el más grande de España. Ahora, otra comparación: 6,3 millones de personas son, más o menos, los habitantes de toda la Comunidad de Madrid. Y la última: que 5,6 millones de personas hayan huído de Siria supone que sólo este país acumula uno de cada tres refugiados en todo el mundo, según los datos de ACNUR.

En este contexto, la Conferencia Apoyar el futuro de Siria y su región, que celebran conjuntamente la UE y la ONU en Bruselas, se propone movilizar ayuda humanitaria para los sirios que se encuentran en el interior del país y en los países vecinos. "Será una oportunidad para contraer nuevos compromisos y también para realizar esfuerzos adicionales que hagan posible el acceso a los lugares en los que la ayuda se necesita con urgencia", ha dicho el Consejo de la UE en una nota. Federica Mogherini, alta representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, ha asegurado que "nos gustaría utilizar la Conferencia de Bruselas para enviar un mensaje claro de la comunidad internacional diciendo que la lucha debe terminarse y debe comenzar el proceso político". 

Más de doscientas ONG han ofrecido recomendaciones operativas concretas a la parte ministerial de la Conferencia, que ha reunido, además, a participantes de más de ochenta y cinco países y organizaciones. Entre ellas, Oxfam Internacional. Martha Lorenzo, su directora regional ha pedido a la clase política que "mire a los ojos a los sirios y las sirias y responsabilizarse de cada promesa que hacen. La conferencia de Bruselas del año pasado describió el reasentamiento como una opción vital para los refugiados vulnerables, pero el número de sirios reasentados se ha desplomado. Menos de un tres por ciento de los refugiados y refugiadas sirios se ha reubicado en países de altos ingresos. Estados Unidos ha aceptado a solo once refugiados sirios este año. Esto es inaceptable”.

Tom Krift, director regional de Save the Children, se ha quejado de que "los últimos datos muestran que, a pesar de las promesas de la anterior conferencia de llevar a todos los niños y niñas refugiados a la escuela, uno de cada tres está privado de ese derecho a la educación. Hay que esforzarse por dar seguimiento a los compromisos políticos y financieros para garantizar que tienen sentido y que realmente se traducen en cambios sobre el terreno para los menores”. Y Carsten Hansen, director regional del Consejo Noruego de Refugiados ha recordado que “hay un problema extendido en la región, el de las personas sirias sin estatus legal o sin los documentos adecuados, que no pueden por ello acceder a ayuda, seguridad, educación o empleo. A pesar del progreso innegable resultado de conferencias anteriores, se necesita hacer más en este sentido en la de Bruselas. Necesitamos acción, no palabras”.

Mark Schnellbaecher, director regional del Comité de Rescate Internacional ha afirmado que “por cada persona siria que regresó a casa en el último año, otras tres fueron desplazadas. Siria no es un país seguro y no está preparado para el regreso de las personas refugiadas. La conferencia debe reconocer esto, comprometerse con los derechos de los refugiados y apoyar a los vecinos de Siria que tanto han hecho ya para recibir a 5,6 millones de personas. Robert Beer, director para Siria de Care International ha señalado que “financiar la respuesta humanitaria es fundamental, de lo contrario, se pondrán en peligro todavía más vidas. Pero la financiación es sólo una parte del problema humanitario: el bloqueo sistemático y deliberado de la ayuda dentro de Siria debe finalizar, y los trabajadores humanitarios deben tener acceso a la población sin impedimentos. Mayoritariamente es personal humanitario sirio el que está a la vanguardia de la ayuda y debería tener un estatus especial otorgado por todas las partes en conflicto”. 

“En 2017 únicamente se ha implementado el 53% de los más de 3000 millones de dólares estimados necesarios por Naciones Unidas. Para 2018 estaríamos hablando de tan solo un 15% de cobertura del llamamiento. El compromiso debe ser realista y real en las tres fases de los llamamientos a donantes: la estimación de necesidades, los compromisos adquiridos y las cifras que se hacen finalmente efectivas. Las necesidades humanitarias de la población son grandes y deben estar presentes más allá de la foto de cierre del evento”, ha declarado Manuel Sánchez Montero, director de incidencia política y relaciones institucionales de Acción contra el Hambre.

En la primera Conferencia de Bruselas, en abril de 2017, la UE y los donantes internacionales asumieron compromisos concretos para satisfacer las enormes necesidades de los sirios. Prometieron 5.600 millones de euros en ayuda para 2017 y 3.470 millones de euros en ayuda para 2018-2020. La UE y los Estados miembros siguen siendo los principales donantes en Siria y la región. Desde 2011 han movilizado más de 10 600 millones de euros en ayuda humanitaria y asistencia para la estabilización.

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