Desde la transición a una economía de mercado hace tres décadas, Europa Central y Oriental ha disfrutado de lo que muchos han llamado “una época dorada de crecimiento”. Sin embargo, los factores que impulsaron ese crecimiento están perdiendo impulso, y la región necesita encontrar nuevas fuentes de competitividad. Un pilar fundamental para motorizar la economía en la región será disminuir las desigualdades de género. Así lo afirma un estudio recientemente publicado por la Consultora McKinsey, el cual explora una prometedora fuente de crecimiento: cerrar la brecha de género en el lugar de trabajo. La investigación examina los beneficios potenciales de una mayor igualdad de género para las empresas y la sociedad.