El envejecimiento de la población es un fenómeno global con profundas implicaciones en diversos aspectos de la sociedad, y su influencia en el entorno laboral es innegable. Según las estimaciones de las Naciones Unidas, se espera que para el año 2050 más del 53% de la población española tenga más de 50 años, lo que subraya la necesidad de abordar con prontitud los siguientes desafíos y oportunidades derivadas de esta transformación demográfica.
Es tiempo de reflexión, de pensar en lo que nos hemos convertido, en lo que nos estamos haciendo a nosotros mismos, a los seres humanos, a la naturaleza, al planeta, a nuestras vidas, y a las vidas de quienes estarán en nuestros lugares en el futuro, si es que los hay. Dejo mi sentimiento de compasión y cariño a todos los que tuvieron un ser querido perdido en este último momento y en los conflictos que están sucediendo actualmente en el planeta. Incluso en tiempos oscuros es posible extraer al menos una gota de optimismo. El voluntariado siempre está presente como un refugio, un soplo de aire fresco, incluso en situaciones desastrosas como las que hemos estado presenciando últimamente en nuestro planeta, todas ellas generadas y gobernadas por seres humanos o como resultado de sus actos.
La sostenibilidad y el cuidado del medio ambiente llevan años en el punto de mira de los organismos públicos, las compañías, los inversores y la sociedad en general. Los españoles y europeos cada vez prestamos una mayor atención al consumo sostenible, pues, de acuerdo con el último barómetro de Oney, el 82% de los españoles y el 86% de los europeos están dispuestos a cambiar su consumo diario para proteger y cuidar nuestro entorno. El objetivo común es adoptar prácticas más responsables con el fin de preservar nuestro planeta para las generaciones futuras.
En la primera parte se exponía que el ser humano, para bien o para mal, se autodetermina a través de sus acciones (y omisiones). Se planteaba la posibilidad de ir recuperando la responsabilidad delegada en la tecnología para solventar los graves problemas ontológicos y antropológicos que la invasión tecnológica ha traído consigo. En esta segunda parte se plantea la opción de re-humanizar la mirada al cuerpo como fundamento del humanismo orgánico.La tecnología ha evolucionada a tal velocidad, que el hombre ha dejado de ser la medida de su propio mundo.
El mundo ha ido evolucionando con el paso de los años. Si bien el trabajo históricamente se ha impuesto sobre nuestras responsabilidades personales, esta percepción ha cambiado en los últimos años (más si cabe con la pandemia) y las necesidades personales han tomado un papel más relevante, a la vez que los nuevos modelos de negocio han requerido adaptar en cada momento su actividad a entornos cada vez más cambiantes en el tiempo. Por ello, ha adquirido un papel fundamental la gestión de las necesidades de conciliación personal y familiar con las profesionales de negocio y actividad de las empresas y los diferentes roles que conviven en las mismas.
