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Recientemente, en el marco de un proyecto con empresas en el que estamos participando, se habló sobre la relación directa entre la Responsabilidad Social como un elemento estratégico de las empresas para conseguir sus objetivos y hacerlas sustentables y la capacidad de innovar. ¿Qué entendemos por innovación? Innovar no es crear, no es pensar diferente. Es hacer, además de crear y pensar diferente . Innovar es llevar a cabo una idea consecuencia de la detección de una necesidad no cubierta (innovación disruptiva) o bien querer mejorar un producto buscando que sea mejor valorado por los consumidores (innovación incremental).
Es decir, la creatividad es importante, pero  lo complejo es materializar la idea y que ésta sea aceptada por el mercado como producto o servicio que satisface mejor sus necesidades. Ya lo decía Henry Ford "Me pidieron un caballo más rápido e inventé el automóvil".

 Ya hemos hecho mención en publicaciones anteriores al cambio de los procesos de decisión de compra y del incremento exponencial de aquellas personas que se informan y adquieren sus productos de manera responsable .

Innovar no es fácil, ¡por mucho que digan! Lo habitual es ver en los medios casos de empresas exitosas a las que muchas organizaciones tratan de parecerse.  Si hablamos de empresas tecnológicas una gran parte quiere ser como Google o vivir en un entorno como Silicon Valley. ¿verdad? Otra cuestión es saber si queremos ser como estas organizaciones o preferimos buscar nuestra propia identidad enfocados en potenciar nuestros valores de marca, es un tema discutible. Según nuestra opinión, lo mejor es tener una cultura única que sea muy identificable que aporte productos y servicios difíciles de imitar con una alta aceptación para el mercado al que nos dirigimos, aunque sea pequeño. Es la que se sitúa en los océanos azules.

En definitiva, en los medios de comunicación no aparecen tan a menudo como las "empresas de éxito" aquellas que no lo han logrado, que han dejado en el camino todas sus fuerzas en un nuevo producto o servicio en el que creían.

Para innovar debemos de tomar una serie de decisiones y hacernos algunas preguntas importantes, sin dejar de lado qué es lo que hace que nuestra empresa pueda abrir cada día sus puertas, pero no podemos dormirnos.

Andrés Oppenheimer afirma que "o innovas o te quedas atrás" y es que todas las organizaciones pueden innovar si se lo proponen realmente.  Es un tema -sobretodo- de actitud y de un mínimo de recursos (humanos y materiales), independientemente del sector.

Hoy a las empresas se les exige un montón de cosas:  ser flexibles, eficientes, ofrecer un precio atractivo considerando los atributos de marca, ser transparentes en el proceso  y ofrecer una alta calidad de producto o servicio.  Así que la cosa está clara: es realmente importante para la supervivencia de la empresa ofrecer valor o tendremos que ofrecer el precio más bajo posible y eso es bastante peligroso para las empresas del sector (y para tu empresa).  

Por tanto innovar es muy necesario,  pero quizá la mejor opción sea buscando colaboración con otras organizaciones que te complementen para la generación de más valor, a la vez que lo llevamos a cabo de manera que impacte positivamente en la sociedad, sea beneficioso para el medio ambiente y además haga que nuestra empresa pueda obtener los recursos económicos para perdurar en el tiempo ¡y crecer, claro!. Un paradigma de esta apuesta por la sostenibilidad es el Plan Unilever para una Vida Sostenible, que está consiguiendo resultados excelentes. 

Ya lo decía un antiguo proverbio africano"Si quieres llegar rápido camina sólo, si quieres llegar lejos camina acompañado". ¡Nos quedamos con la segunda opción! 

 Muy bien. Y ahora que hemos tomado ya conciencia sobre este tema ... ¿Por dónde empezamos? 


¿Cuáles son los pasos que debo seguir para poner en marcha un proceso de innovación colaborativa?

Proponemos unas cuantas preguntas en formato test, en cinco pasos. Están formuladas de manera muy sencilla, aunque a veces la respuesta -si es honesta- es un poco más compleja de lo que nos gustaría.  

 Paso 1. En primer lugar, debemos pensar ¿Por qué queremos innovar?

 R1. Porque es lo que suena por ahí...

 R2. Porque es lo que (dicen que) hacen los demás.  

 R3. Porque hemos detectado una oportunidad de negocio gracias a la conversación con nuestros grupos de interés (consumidores, proveedores, personas que trabajan dentro de mi organización) que puede ofrecer una solución a una necesidad no cubierta. 

SÍ, ésta última es la respuesta correcta!  Ya tenemos claro el objetivo para la innovación. 

Paso 2. ¿Estamos preparados realmente para innovar de manera colaborativa?

 R1. Sí. 

 R2. No.

 Es una pregunta incómoda. Lo normal es contestar ¡sí, claro! Soy una empresa "moderna". Pero ¿cuál es nuestra manera de trabajar dentro de nuestra organización? ¿Hay comunicación interna? ¿Los valores que están publicados en nuestra web se aplican a toda la organización? ¿Las personas que forman parte de nuestro equipo están comprometidas?

 Si sí es así. Seguimos el test!

Paso 3. Tengo detectada la necesidad y mi empresa  está preparada para trabajar en colaboración con otra empresa.
¿Cómo buscar a una organización con la que generar alianzas para innovar?

R1. Debo buscar una empresa conocida y con recursos.

R2. Debo buscar una organización con la que haya "buen rollo".

R3. Ninguna de las dos anteriores.

La respuesta correcta vuelve a ser la última. Y es que la premisa para lograr una buena alianza es que ambas organizaciones deben tener este objetivo de innovación como una prioridad en su estrategia. Sólo así habrá compromiso real en este proceso. Debemos buscar compromiso de la organización con la que generemos alianzas, además de ofrecer el nuestro, generar responsabilidad compartida, y si es con diversión ¡mucho mejor! pero el "buenrollismo" no lleva a ninguna parte, como tal. 

Paso 4. ¿Cómo establecer un proceso respetuoso para innovar por parte de ambas organizaciones?

Este punto es especialmente importante y es el quiz de la cuestión.

La innovación colaborativa es aquella que busca alianzas a largo plazo basadas en la confianza. 

Por tanto, si queremos establecer las bases de la innovación colaborativa entre diversas organizaciones es muy importante tener presente y conocer la cultura de cada empresa con la que vamos a colaborar, no tratar de cambiarla. Se deben establecer compromisos para cada una de las partes, saber qué canales debemos utilizar para comunicar los avances y procesos (y adaptar el lenguaje para que no confundir), saber cómo vamos a tomar las decisiones para no bloquearnos .

 El proceso de innovación colaborativa genera evolución de cada una de las empresas , resultado de los aprendizajes y del conocimiento compartido.  Se produce  una "rotura de barreras" en la empresa para fomentar una mentalidad más abierta y a la vez más responsable y respetuosa (dentro y fuera de la compañía), pero a la vez se intensifica el diálogo con las otras empresas  y organizaciones. La responsabilidad social y la innovación de nuevo se entrecruzan.

Paso 5. Medición de resultados.

 En todo proceso de innovación colaborativa hay que hacer valoración de resultados. Debemos de conocer el impacto generado, si hemos conseguido lo que nos habíamos propuesto (más de lo esperado, menos de lo esperado) y sobretodo hacer una valoración de la alianza: 

¿Hemos trabajado cómodamente? 
¿Los compromisos adquiridos se han llevado a cabo según lo esperado?
¿Debemos intensificar la colaboración o dejarlo estar?

 Para poder contestar a estas preguntas os adjuntamos una matriz para el análisis de alianzas la podéis encontrar en la publicaciónColaboración efectiva entre ONG's. Alianzas Estratégicas y Redes“ (Ignasi Carreras i Maria Iglesias, Institut d’innovació social d’Esade i PwC) .

  

 

Este análisis es especialmente útil, ya que tiene en cuenta dos criterios que son muy importantes para el éxito de una alianza: el interés estratégico de la colaboración y la eficiencia del proceso.

  Y es que hay un gran diferencia entre cooperar, coordinar y colaborar. La capacidad de generar alianzas que perduren en el tiempo es la verdadera colaboración. Es la descrita en el  en el cuadrante 1: te apetece conservar esta asociación, basada en el respeto y en la aportación de valor positivo para ambas partes, pero también para la sociedad.

 La complementariedad del conocimiento de diferentes organizaciones en pro de un interés común hace que el impacto sea mayor y más positivo, como está pasando -por ejemplo- en el campo del ecodiseño, pero si además  se implican entidades públicas en este proceso todo mejora finalmente. Se produce la normalización y el cambio real. 

 A veces un buen aliado lo tenemos más cerca de lo que parece: en nuestros proveedores, en nuestros clientes mayoristas -si somos una empresa fabricante que ofrece productos a consumidores finales- o en la gente que compra nuestros productos en las tiendas presenciales o por internet.

 Hagamos posible que esta responsabilidad se extienda a toda la cadena de valor. Sólo así generaremos innovaciones responsables.

@immaperez, directora de @nottopic 

 

*Artículo publicado en el blog de www.nottopic.es 

 

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