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Un informe recientemente publicado por el Pacto Mundial de las Naciones Unidas España afirma que, aunque una de las potencialidades de la sostenibilidad es que es un concepto global que incluye áreas indisolublemente interconectadas entre sí, el acrónimo ESG (Medioambiente, social y buen gobierno), que reúne en sus siglas los tres pilares de la sostenibilidad, es un buen aliado para trabajarla en las empresas y está liderando la conversación en determinados ámbitos.
Las siglas ASG, en el corazón de la sostenibilidad empresarial

Las siglas ASG en el contexto de la sostenibilidad empresarial se refieren a criterios Ambientales, Sociales y de Gobierno Corporativo. Estos criterios se utilizan para evaluar y medir el impacto que tiene una empresa en el medio ambiente, en la sociedad y en su gobierno interno.

  • Ambientales (A): Se refieren a las prácticas y políticas relacionadas con el impacto ambiental de una empresa, como la gestión de residuos, el consumo de recursos naturales, la emisión de gases de efecto invernadero, entre otros.
  • Sociales (S): Se refieren a las prácticas y políticas que afectan a los empleados, a las comunidades en las que opera la empresa y a la sociedad en general. Esto puede incluir temas como la equidad laboral, la diversidad e inclusión, las relaciones con las comunidades locales, el respeto a los derechos humanos, entre otros.
  • Gobierno Corporativo (G): Se refiere a la estructura de gobierno interno de la empresa y a la forma en que se toman las decisiones. Un buen gobierno corporativo implica una gestión transparente, responsable y ética, así como una adecuada rendición de cuentas hacia los accionistas y otros grupos de interés.

El informe publicado por el Pacto Mundial de las Naciones Unidas España sostiene que, en los últimos años, el enfoque ESG ha logrado gran popularidad como marco para evaluar los efectos empresariales en el medioambiente, la sociedad y la gobernanza y alcanza el mayor protagonismo cuando se abordan conceptos como las finanzas sostenibles, la regulación europea o la rentabilidad.

Las empresas son responsables de cimentar un futuro sostenible. Para ello se han creado dos marcos globales, que les ayudan en la gestión: los Objetivos de Desarrollo Sostenible y los Diez principios del Pacto Mundial de la ONU, que les garantizan un trabajo profundo orientado a conseguir la licencia para operar y favorecen el impacto positivo en la sociedad y el medioambiente, al tiempo que encuentran oportunidades de negocio. Ambos marcos de sostenibilidad empresarial arrojan resultados positivos cuando se aplica la nomenclatura ESG, porque ésta viene a clasificar los desafíos globales en estas áreas de manera permanente, ofreciendo un lenguaje entendible comprensible para empresas y reguladores. Ésta es una de sus fortalezas: haber calado en el mundo financiero y regulador a escala internacional.

¿Cuáles son los beneficios de implementar estrategias ESG?

La publicación muestra que existen innumerables beneficios en la implementación de los criterios ASG en la estrategia empresarial, puesto que ofrecen una catalogación de la sostenibilidad empresarial.  Según nuestra consulta empresarial Contribución de las empresas españolas a la Agenda 2030, el 79% de 2.500 organizaciones preguntadas considera la sostenibilidad como una ventaja competitiva. La forma de hacer negocios solo basada en el beneficio económico está caduca y el auge de los negocios sostenibles, que abarcan los aspectos internos de la empresa, pero también la cadena de suministro o las relaciones con la sociedad, indican un camino irreversible para las empresas que quieren tener futuro, ya sean pymes o grandes.

En el último estudio a CEOs a nivel mundial, se aportan datos al respecto, como que casi todos (98%) están de acuerdo en que la sostenibilidad es fundamental para su función, un sentimiento que ha crecido 15 puntos porcentuales en los últimos 10 años del estudio. O que los CEO ya están integrando la sostenibilidad en sus empresas mediante el lanzamiento de nuevos productos y servicios sostenibles (63%), la mejora de la recopilación de datos sobre sostenibilidad en sus cadenas de valor (55%) y la inversión en fuentes de energía renovables (49%).Desde este punto de vista, los beneficios para las empresas son amplios, tales como: retención de talento, encuentro con consumidores con valores, acceso a nuevos mercados, ahorro de costes, mejor reputación, opciones de negocio con otras empresas o trabajo en alianzas sectoriales.

Sin embargo, la publicación muestra que entre las ventajas más destacadas para las empresas que conjugan las siglas ESG o ASG figuran las que tienen que ver con inversores y reguladores, porque están ligadas a la inversión sostenible y la medición de la rentabilidad. Cada vez más mercados de capitales -incluidos los grandes inversores institucionales- evalúan los resultados de las empresas en cuestiones medioambientales, sociales y de gobierno corporativo (ASG). Por ejemplo, una gestión ineficiente de ámbitos relacionados con el cambio climático, el agua, los derechos humanos o la lucha contra la corrupción puede afectar negativamente a las empresas y poner en riesgo su credibilidad y reputación. Las empresas que gestionan proactivamente los riesgos y oportunidades ASG tienen más probabilidades de obtener mejores resultados financieros a largo plazo. Esto las convierte en mejores inversiones. Las empresas transparentes generan confianza y contribuyen a un mercado fuerte y justo. También pueden disfrutar de oportunidades estratégicas de crecimiento.

¿Qué relación hay entre PRI y los criterios ASG?

Otro dato interesante que se desprende dela publicación es la relación entre los criterios ESG y los PRI. Esta es la sigla en inglés de “Principles for Responsible Investment”  los cuales trabajan la inversión con un enfoque en las cuestiones ambientales, sociales y de gobernanza, es decir, con los criterios ESG o ASG. El objetivo de estos principios es fomentar inversiones sostenibles y, aunque es una iniciativa internacional de mucho éxito, no es la única. Los criterios ESG o ASG sirven para mejorar el intercambio de información de las empresas con otros agentes del mercado de capitales, no solo con los inversores, también, por ejemplo, con las bolsas de valores, que puntúan favorablemente la transparencia y el rendimiento de las empresas en cuestiones ASG.

El número de entidades adheridas a los PRI ha pasado de 100 entidades en 2006 a más de 5.000 en 2022, las cuales gestionan alrededor de 121 billones de dólares de activos. PRI es una iniciativa vinculada al Pacto Mundial de la ONU, que asesora a inversores de todo el mundo, principalmente gestoras de activos y fondos de pensiones, en la incorporación de criterios ASG en sus procesos de análisis y decisiones de inversión.

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