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En plena crisis por el coste de vida las grandes empresas obtienen beneficios extraordinarios. Así lo denuncian Oxfam Intermón y ActionAid, que insisten en poner en marcha un impuesto permanente sobre los beneficios extraordinarios. Según las organizaciones, a nivel global, un impuesto del 90 % aplicable a estos beneficios caídos del cielo durante el último año podría haber generado 941.000 millones de dólares para hacer frente a la pobreza y al cambio climático.
La riqueza extrema y la pobreza extrema se han incrementado simultáneamente por primera vez en 25 años

 Mientras el mundo se enfrenta a una de la peores crisis sistémicas de los últimos tiempos, los sectres más poderosos han aumentado sus ganancias. La desigualdad continúa a la órden del día. Un análisis elaborado por Oxfam Intermón y ActionAid a partir de la lista “Global 2000” de Forbes advierte que, durante los dos últimos años, en plena escalada de los precios y de los tipos de interés en el mundo y mientras miles de millones de personas se veían obligadas a recortar sus gastos o a pasar hambre, 722 de las mayores empresas del mundo obtuvieron conjuntamente más de 1 billón de dólares anuales en beneficios extraordinarios.  

El hambre de unos es el crecimiento económico de otros. El informe muestra que, en 2021 y 2022, estas empresas vieron aumentar sus beneficios un 89% respecto al periodo prepandemia, comprendido entre 2017 y 2020. Los expertos de ambas organización denuncian que los beneficios caídos del cielo, aquellos que superaron el 10 % de los beneficios promedio obtenidos durante el cuatrienio anterior, alcanzaron los 1,09 billones de dólares en 2021 y los 1,1 billones en 2022

Las cicfras lo muestran con claridad: 3n 2021 y 2022, 45 grandes empresas energéticas de todo el mundo obtuvieron unos beneficios extraordinarios medios anuales de 237.000 millones de dólares. Los Gobiernos podrían haber incrementado las inversiones mundiales en energías renovables en un 31 % si hubiesen aplicado un impuesto del 90 % sobre los enormes beneficios caídos del cielo que los productores de petróleo y gas repartieron entre sus accionistas el año pasado. Actualmente, existen 96 personas milmillonarias vinculadas a la energía, con una fortuna conjunta de casi 432.000 millones de dólares (50.000 millones más que en el mes de abril del año pasado). La publicación expone que, a nivel global, las empresas de alimentación y bebidas, los bancos, las grandes farmacéuticas y las principales cadenas de ventas también tuvieron beneficio económico de la crisis de precios que generó que más de 258 millones de personas de 58 países estuvieran en una situación de inseguridad alimentaria aguda en 2022. 

Los datos que aporta el informe son preocupantes. ASe obnserva que en 2021 y 2022, 18 empresas del sector de la alimentación y las bebidas obtuvieron un promedio de aproximadamente 14.000 millones de dólares anuales en beneficios caídos del cielo, suficiente para cubrir más del doble del déficit de financiación de 5.000 millones de dólares necesarios para prestar asistencia alimentaria vital en África Oriental. Oxfam Intermón estima que el hambre podría estar cobrándose una vida cada 28 segundos en Etiopía, Kenia, Somalia y Sudán del Sur. Los precios de los alimentos subieron más del 14 % a escala mundial en 2022. Por su parte, 28 empresas farmacéuticas obtuvieron una media de 47.000 millones de dólares al año en beneficios caídos del cielo, y 42 grandes cadenas minoristas y de supermercados obtuvieron una media de 28.000 millones de dólares al año en beneficios extraordinarios. Además, nueve empresas del sector aeroespacial y de la defensa obtuvieron un promedio de 8.000 millones de dólares al año en beneficios extraordinarios. Cada día mueren de hambre 9.000 personas, muchas de ellas como consecuencia de situaciones de guerra y conflicto. 

Nuestro país no ha isdo la excepción. En España, en el mismo periodo, 28 de las principales empresas del IBEX vieron cómo sus beneficios aumentaban de manera espectacular respecto al periodo prepandemia. En relación al promedio de los cuatro años entre 2016 y 2019, estos fueron un 39 % y el 43 % superiores, respectivamente. Los beneficios caídos del cielo alcanzaron los 15.800 millones de euros en 2021 y los 18.400 millones en 2022. Tan sólo en 2022, las cinco principales empresas energéticas españolas vieron cómo sus beneficios aumentaban un 165% respecto al promedio observado entre 2016 y 2019. Los beneficios caídos del cielo alcanzaron más de 11.700 millones de euros. Esta realidad contrasta con el fuerte aumento de los hogares que durante ese mismo año no pudieron mantener su vivienda a una temperatura adecuada: 17,1 % de la población frente al 14,3 % en 2021. Por su parte, las cinco principales entidades bancarias obtuvieron unos beneficios en 2022 cercanos a los 32.000 millones de euros, un 38 % superior al promedio observado durante los años previos a la pandemia. De estos, hasta 6.400 millones serían beneficios caídos del cielo. Mientras, el aumento en los tipos de interés agrava la vulnerabilidad de más de 600.000 familias con rentas bajas endeudadas que tienen que dedicar más de 4 de cada 10 euros de sus ingresos a la devolución de créditos.

Capitalismo y confusión: Crecen las ganancias, se degradan los salarios 

El informe denuncia que, además, los enormes beneficios empresariales han coincidido con la degradación de los salarios y las condiciones de trabajadoras y trabajadores. Oxfam Intermón y ActionAid piden a los Gobiernos que retengan los ingresos derivados de la especulación. Un impuesto de entre el 50 % y el 90 % sobre los beneficios extraordinarios de estas 722 megaempresas podría generar entre 523.000 millones y 941.000 millones de dólares tanto en 2021 como en 2022. Este dinero podría destinarse a ayudar a personas con dificultades para hacer frente al hambre, la subida de las facturas de la energía y la pobreza en los países ricos, y a proporcionar cientos de miles de millones de dólares para ayudar a los países del Sur global 

En diciembre de 2022, siguiendo las recomendaciones de la Comisión Europea y como han hecho otros países europeos, el gobierno español aprobó un gravamen temporal sobre las empresas energéticas y adicionalmente sobre las entidades de crédito. Con estos nuevos impuestos se esperan recaudar hasta 7.000 millones de euros en dos años. Estos recursos adicionales serán destinados a financiar las medidas puestas en marcha para apoyar a los hogares más vulnerables frente a la subida de precios y del coste de la vida.  

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