El pasado 2020 se cumplieron 5 años del Acuerdo de Paris firmado en diciembre de 2015 por cerca dee 200 países aprobaron. Se trató de un histórico momento de celebración que marcó el final de muchos años de negociaciones. Tras la llegada de la pandemia de coronavirus y a medida que los países trabajan para reconstruir sus economías tras la crisis sistémica generada por la COVID-19, muchos consideran que se trata de un gran momento para promover una recuperación verde, al aplicar los seis principios para recuperarnos mejor esbozados por el Secretario General de las Naciones Unidas.
La adopción del acuerdo de Paris fue apenas el comienzo de un largo camino que debemos recorrer en pos de proteger el planeta tierra. Hoy, cinco años más tarde todas y todos tenemos la responsabilidad de convertir su visión en realidad. Más aún en el contexto actual en el cual los desafíos son inmensos, magnificados por los devastadores impactos de la COVID-19.
A pesar de que evidentemente no hemos cumplido todas las metas propuestas y aún queda mucho por hacer, Cassie Flynn, Asesora Estratégica sobre Cambio Climático del PNUD, afirma que hay señales alentadoras, desde las economías más grandes del mundo hasta los pequeños Estados insulares y los países menos adelantados, que nos recuerdan nuestro potencial si aceptamos la responsabilidad de comprometernos con el medioambiente. La experta señala cinco razones fundamentales para sentirnos optimistas.
1.Recuperación Verde tras la pandemia
A pesar de los graves efectos provocados por la COVID-19, la mayoría de los países todavía tiene la intención de aumentar sus ambiciones en materia climática. No solo eso, sino que además muchos están utilizando sus promesas en el marco del Acuerdo de París para ayudar a desplegar una recuperación verde. De los 115 países que cuentan con el apoyo de la Promesa Climática del PNUD, más de 60 están identificando vínculos explícitos entre el mejoramiento de los programas de desarrollo nacional y la recuperación verde, incluidos muchos países que son grandes emisores.
En ese sentido, Cassie Flynn explica que muchos países están sintiendo presión para convertir en realidad sus intenciones. Sobre este punto, la especialista del PNUD afirma que cada vez es más evidente que el abandono de los combustibles fósiles y la adopción de tecnologías limpias y renovables ofrecen oportunidades para impulsar las economías, para generar empleos y para crear resiliencia.
2. Soluciones basadas en la protección de la naturaleza
Otro aspecto importante por el cual podemos ser optimistas es el hecho de que más países están trabajando con la naturaleza, con la intención de resolver nuestros desafíos. Flynn demuestra que se estima que las soluciones basadas en la naturaleza pueden proporcionar aproximadamente una tercera parte de las reducciones de emisiones necesarias hasta 2030. Proteger y restaurar la salud de los bosques, praderas y humedales es una de las actividades más importantes a que podemos dedicarnos.
En lo que constituye un signo positivo, muchos países en desarrollo que incluyeron actividades relacionadas con los bosques para reducir las emisiones relacionadas con la deforestación y la degradación, al valorar el carbono almacenado en los bosques existentes.
3. Impulso político para la protección medioambiental
Flynn destaca que hay un impulso político creciente hacia la adaptación y la resiliencia, lo cual significa un elemento crucial del rompecabezas para abordar el cambio climático. Sobre este punto la especialista resalta que, si damos un salto al futuro, el 97% de los países que cuenta con el apoyo de la Promesa Climática del PNUD está ampliando la adaptación en sus compromisos revisados.
Al mismo tiempo, crece la exigencia de que se imprima mayor urgencia, junto con mayor financiación. Más países están incorporando los planes nacionales de adaptación ambiental a través de iniciativas tales como el Programa de apoyo para establecer objetivos más ambiciosos para el uso de la tierra y la agricultura mediante la implementación de los Programas Nacionales de Acción para la adaptación (SCALA), del PNUD y la FAO, para ayudar a los países a hacer frente a los impactos climáticos.
Sin dudas, la adaptación y la resiliencia serán un pilar fundamental de esta próxima Cumbre sobre la Ambición Climática, y en la preparación de la COP26.
4.Transformación en el sector financiero
Un cuarto punto a tener en cuenta es que existe una transformación en el sector financiero impulsada por la creciente disponibilidad de información sobre los impactos ambientales y sociales de las inversiones y los crecientes riesgos que plantea el cambio climático. Sobre esto Flynn advierte que a medida que los inversores de todo el mundo reconocen cada vez más los riesgos de invertir en combustibles fósiles, se puede apreciar el creciente atractivo de la inversión sostenible.
Los datos están a la vista. Como reflejo de esto, la emisión de bonos verdes se ha cuadruplicado en los últimos cuatro años, al pasar de US$ 110 mil millones en 2016 a US$ 465 mil millones en 2019. Más de 60 países están colaborando con las Naciones Unidas y otros asociados, incluido el FMI, para establecer Marcos Integrados de Financiación Nacional, que faciliten la movilización de la financiación pública y privada en apoyo de sus prioridades nacionales de desarrollo y de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
5.Perspectiva transversal
Por último, Cassie Flynn subraya que desde el PNUD se encuentran mejorando en la tarea de incluir en las acciones todo el universo de los recursos humanos, incluidas las mujeres, los jóvenes y las comunidades indígenas. En un intento por lograr una mayor inclusividad y resultados más justos, muchos países están tomando medidas para incluir a los grupos marginados en los debates sobre el clima y en la acción sobre el clima.
En el marco de la Promesa para el Clima del PNUD, el 75% de los países están dando prioridad a los jóvenes. En un ejemplo alentador, Macedonia del Norte inició una campaña de sensibilización pública que expuso la acción de mujeres jóvenes de cara al clima y contribuyó a que las y los jóvenes aportaran directamente a la mejora de las CDN.
No todas son malas noticias en el comienzo de este tan esperado 2021. Si bien es innegable que la pandemia ha tenido un impacto devastador sobre las personas y las economías de todo el mundo, los países siguen avanzando, examinando su progreso y evaluando las maneras de acrecentar sus ambiciones para la década que se inicia. Las señales son alentadoras, pero este es solo el principio. Aún queda mucho por recorrer.