Según un informe publicado por un equipo de expertos del Banco Mundial, es factible detener los efectos más graves del cambio climático si los recursos naturales se utilizan de una manera más eficiente.
Un planeta habitable es posible

Sí, es posible tener un planeta habitable si los recursos naturales se utilizan de manera más eficiente. No es solo un deseo. La sostenibilidad y la gestión responsable de los recursos son fundamentales para garantizar la habitabilidad a largo plazo de nuestro planeta. Los desafíos mundiales, como el cambio climático, la productividad económica, la seguridad alimentaria e hídrica, y la salud, podrían superarse si los países utilizan sus recursos naturales con mayor eficiencia y esto puede lograrse sin sacrificar el ambiente ni la prosperidad humana.

Esta es la principal conclusión que se desprende del informe Nature's Frontiers: Achieving Sustainability, Efficiency, and Prosperity with Natural Capital (Las fronteras de la naturaleza: Lograr sostenibilidad, eficiencia y prosperidad con el capital natural) elaborado por el Banco Mundial. Mediante una combinación de ciencia innovadora, fuentes de datos, y modelos biofísicos y económicos, la publicación ofrece una forma novedosa de abordar el desafío fundamental de la sostenibilidad. En dicho informe, se señala cómo y dónde los países pueden utilizar los recursos naturales de manera más eficiente para prosperar sin dañar el planeta ni traspasar sus límites en el uso de los recursos naturales.

Al adoptar prácticas más eficientes y sostenibles en la utilización de los recursos, se pueden lograr varios beneficios:

  1. Conservación de recursos: Utilizar los recursos de manera más eficiente permitirá su conservación y evitará la sobreexplotación, lo que es vital para garantizar que las generaciones futuras también puedan beneficiarse de ellos.
  2. Reducción de la contaminación: Al utilizar los recursos de forma más eficiente, se puede reducir la cantidad de desechos y contaminantes que se liberan al medio ambiente. Esto ayudará a preservar la calidad del aire, del agua y del suelo, lo que a su vez mejorará la salud y el bienestar de las personas y la vida silvestre.
  3. Energía renovable: El uso más eficiente de la energía y la transición hacia fuentes de energía renovable son cruciales para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y mitigar el cambio climático.
  4. Agricultura sostenible: La adopción de prácticas agrícolas sostenibles y eficientes puede aumentar la producción de alimentos sin agotar los recursos naturales, preservando la biodiversidad y minimizando el impacto ambiental.
  5. Eficiencia en el consumo: Al promover la eficiencia en el consumo de bienes y servicios, se reducirá la cantidad de recursos necesarios para satisfacer nuestras necesidades, disminuyendo así nuestra huella ecológica.
  6. Protección de la biodiversidad: El uso más eficiente de los recursos también puede ayudar a proteger la biodiversidad al reducir la degradación y destrucción de los hábitats naturales.

En el informe, elaborado por el Banco Mundial, el Natural Capital Project (Proyecto de Capital Natural) y el Instituto Internacional de Análisis de Sistemas Aplicados (IIASA), se concluye que casi todos los países presentan importantes brechas de eficiencia en el uso de sus recursos naturales. Superar estas diferencias puede servir de ayuda para enfrentar muchos de los problemas económicos y ambientales más apremiantes del mundo: el cambio climático, la productividad económica, la seguridad alimentaria e hídrica, y la salud. En general, los países tienen la capacidad necesaria para casi duplicar su desempeño, ya sea en términos de rentabilidad económica o de resultados ambientales al mejorar en una dimensión sin sacrificar la otra.

Los expertos explican que, dado que los países enfrentan necesidades contrapuestas y tienen presupuestos limitados, abordar las ineficiencias sigue siendo una de las formas más eficaces en función de los costos y más atractivas desde el punto de vista económico para alcanzar los objetivos mundiales de sostenibilidad. Asignar y gestionar la tierra, el agua y otros recursos naturales de una mejor manera podría aumentar el total de los ingresos anuales de alrededor de USD 329 000 millones en todo el mundo, que se derivan de la agricultura, el pastoreo y la silvicultura, y producir una cantidad de alimentos suficiente para la población mundial hasta 2050, sin una pérdida neta de bosques y hábitats naturales.

Según el estudio, evitar la deforestación podría ayudar a secuestrar 85 600 millones de toneladas métricas de dióxido de carbono adicionales (o hasta 1,7 años de emisiones mundiales), sin afectar el crecimiento económico. Además, gastar los montos actuales en la prevención de la contaminación atmosférica de una manera más eficiente podría ayudar a salvar 366 000 vidas más cada año. Muchas de estas oportunidades se encuentran en países de ingreso bajo y mediano, es decir, los que más se beneficiarían con estas medidas.

Finalmente,  la publicación sostiene que no hay una solución única para todos, dadas las enormes diferencias que existen entre los países y los desafíos que enfrentan. En el informe, por tanto, se identifican los cambios necesarios y en qué parte de un país es preciso implementarlos. Asimismo, se proporcionan indicadores para evaluar las ventajas relativas y se identifica la combinación de políticas más adecuada para el país. El resultado es una hoja de ruta detallada que puede ayudar a los países a seleccionar el enfoque más viable y asequible para satisfacer sus necesidades ambientales y de desarrollo.

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