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Del 3 al 5 de diciembre ha tenido lugar la VI Conferencia Interamericana sobre Responsabilidad Social de la Empresa, organizada por el Banco Interamericano de Desarrollo bajo el título “La Inclusión en los Negocios”. Esta conferencia ha concentrado en la bellísima ciudad de Cartagena de Indias a aproximadamente un millar de profesionales del área procedentes de todo el mundo. Fernando Prado Director General del Reputation Institute en España
Cartagena, crónica de una conferencia

 

Coincidió que esa semana yo estaba trabajando en un proyecto en Barranquilla, así que tras varias recomendaciones de amigos y clientes decidí asistir al evento, en la que sería mi primera conferencia del BID, y espero que no la última.


    La conferencia aglutinaba a expertos de todo el mundo que además son auténticos creyentes en la filosofía de la RSE; tanto es así que, durante su intervención, Juan José Almagro hizo el paralelismo entre esta conferencia y un mitin político, pues más que venir a escuchar unas ideas nuevas, los asistentes veníamos a reafirmarnos en nuestros principios arropados por nuestros correligionarios.


    El tema central de la conferencia discurrió entorno a la necesidad de que las empresas se impliquen en la solución de los graves problemas sociales de Iberoamérica. Como medio para ello se presentaron diferentes iniciativas que han llevado a la inclusión en la economía formal de comunidades marginadas en distintos países de la región. Una cita del empresario colombiano Manuel Carvajal Sinisterra fue repetidas veces utilizada por los ponentes en el curso de la conferencia: "No puede haber una empresa sana en un medio social enfermo, porque tarde o temprano los males del medio repercuten en su desempeño. Por eso, el empresario responsable debe necesariamente comprometerse en la solución de los problemas sociales."


    Las grandes empresas españolas que operan en Latinoamérica tuvieron una presencia muy relevante en la conferencia, como es el caso de Telefónica, Mapfre y Endesa, planteando su propia visión de los negocios inclusivos.


    En el caso de Telefónica, su planteamiento de inclusión digital enlaza con su estrategia de ser un motor de progreso en los países donde opera, progreso marcado por la adopción de las nuevas tecnologías por parte de todos los estratos de la población.


    En el caso de Endesa, fue muy aclamada su experiencia en Brasil en que Coelce ha conseguido liderar una campaña de reciclado de basuras a base de intercambiar residuos por energía mediante una alianza con grupos de chatarreros. El proyecto ha resultado en un modelo de negocio positivo, con ganancias para la propia compañía, los beneficiarios en la base de la pirámide, las asociaciones de chatarreros y la sociedad en general.

 

     También fue inspirador escuchar a empresarios responsables que, sin haber utilizado internamente en su compañía términos como sostenibilidad, responsabilidad o inclusión, en la práctica nos daban ejemplo de auténticos modelos de negocio inclusivo. Este es el caso de un empresario uruguayo de software bancario que nos explicaba con gran humildad y sensatez cómo su empresa, ante la escasez de informáticos, había decidido desarrollar un proyecto de capacitación en una zona remota del país a modo de escuela técnica. Este proyecto permitía a su empresa dotarse de equipo a la vez que multiplicaba las posibilidades de futuro de individuos que en otro caso jamás habrían tenido esa oportunidad. Este hombre todavía se atrevía a decir que venía al congreso a aprender de nosotros sobre RSE.


    Una vez más se demostró que la RSE sirve para canalizar los valores solidarios de las personas y esto es aplicable a cualquier estrato social, sobre todo en temas de voluntariado. Pongo por ejemplo el testimonio de Carlos Grisales, empleado de base de una empresa de recogida de flores en Colombia que forma parte del grupo de compañías adheridas a una Fundación (Fundación El Cinco) en que los empleados personalmente y las empresas en conjunto apoyan a comunidades de campesinos marginadas para el desarrollo de cooperativas. Este hombre, cuya renta es muy baja, pero que se siente afortunado por tener un puesto de trabajo digno, nos explicaba lo orgulloso que estaba al contribuir con el 5% de su sueldo al desarrollo de una cooperativa frutícola en una comunidad marginada. Además, nos decía lo alegre que se sentía su familia al colaborar como voluntarios con esa comunidad y cómo su mujer rescataba ropa y juguetes de sus hijos para ponerlos en manos de los pequeños que les hacían más falta. Esto demuestra que ciertamente es mucho más reconfortante dar que recibir, independientemente de la situación de cada persona.


    Como punto final a este ameno encuentro de creyentes en la RSE tuvimos la grata sorpresa de que el propio Álvaro Uribe nos dirigiera unas palabras a los asistentes para clausurar la conferencia. El Presidente Uribe manifestó una vez más que la responsabilidad social es una de las claves de sus líneas de gobierno. Expresó su convencimiento en la participación de las empresas en el desarrollo de la sociedad con criterios de responsabilidad, y lo hizo de manera vivaz y elocuente.

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