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Liderazgo sostenible para un futuro más igualitario

El Día de la Mujer es un día para celebrar los avances que como sociedad vamos alcanzando, aunque no se producen a la misma velocidad y de la misma manera en todos los países. Un gran ejemplo lo tenemos en algo tan esencial como en la brecha de género en salud. Las mujeres quizás vivan más que los hombres como media, pero un 25% de su vida la sufren con mala salud, de acuerdo al último informe del World Economic Forum, elaborado junto a McKinsey Health Institute. Este gap en la salud de las mujeres equivale a 75 millones de años de vida perdidos por mala salud o muerte prematura. Además, este estudio señala que incrementar la financiación e investigación en torno a la salud femenina, contribuiría a potenciar la económica global en 1 billón de dólares al año hasta 2040. Lo podemos intentar, ¿no?

Más allá de la necesidad de continuar impulsando cambios globales en cuestiones de igualdad y género, la buena noticia es que la participación de las mujeres en el ámbito laboral ha ganado gran protagonismo, al igual que ha sucedido con la representación política de las mujeres, con los avances en materia de educación y cultura que promueven la igualdad y con el papel de la mujer en la misma lucha por la igualdad de género en nuestra sociedad. Sin embargo, existen problemáticas gravísimas como la citada brecha en salud o la violencia de género que suponen todavía un gran lastre en el rol de la mujer en la sociedad.

En el ámbito profesional, la incorporación masiva de las mujeres durante las últimas décadas al mercado laboral ha facilitado su consolidación en los puestos directivos de alta responsabilidad, aunque la presencia de mujeres en altos cargos es mayor en la Administración (41,8% en 2023) que en las empresas de nuestro país (31,9% mujeres en consejos). Por eso, quizá para acelerar la velocidad debemos involucrar más y mejor al sexo masculino entorno a la lucha por la igualdad para que conozcan los beneficios de cerrar esa brecha de género y que nos ayuden a identificar acciones que se pueden activar desde las trincheras de algunos para acelerar los cambios.

Y si miramos al futuro, seguro que durante los próximos años las niñas de hoy tendrán menos dificultades para liderar proyectos, en gran parte por la evolución de la sociedad, pero también por un factor determinante como está siendo la incorporación de la sostenibilidad a la cultura y estrategia de las organizaciones. Ahí el liderazgo sostenible jugará un rol cada vez más indispensable y tendrá que incorporar de manera natural elementos característicos del liderazgo masculino y del femenino para que sea un liderazgo integral.

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Opinión8M2024

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