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La diversidad y la inclusión han emergido como catalizadores esenciales para el éxito y la sostenibilidad de las empresas actuales. En lugar de ser simplemente una demostración de valores éticos por parte de las compañías, la inclusión se ha convertido en una herramienta estratégica para impulsar la innovación y la competitividad.
Empresas inclusivas, la necesidad de contar con perfiles diversos para ser más competitivos

Las personas con discapacidad representan entre un 10% y un 14% de la población mundial, por lo que disponer de plantillas que se adapten a la diversidad del mercado y de las personas, es de vital importancia para las empresas, que ya no pueden negar el valor tangible de la diversidad e inclusión.

Son muchas las compañías que ya están adoptando políticas de inclusión, de hecho, según datos del INE, la tasa de empleo de las personas con discapacidad en España se situó en el 24% en el primer trimestre de 2023, lo que representa un aumento de 0,7 puntos respecto al mismo trimestre del año anterior. Estos datos reflejan un cambio en la mentalidad de las empresas que cada vez están incorporando a más personas diversas entre sus filas.

Además, hay que mencionar en este punto que las organizaciones inclusivas son aquellas capaces de reconocer la importancia, por supuesto, de la diversidad en términos de edad, género, raza u orientación sexual, pero también de habilidades, experiencias o perspectivas en términos generales.

En un contexto empresarial en constante cambio, y tan competitivo, entre los beneficios que puede aportar a las compañías adoptar políticas diversas y contratar perfiles de distinto tipo es que estas se encuentran mejor preparadas para entender y satisfacer ese contexto y, por lo tanto, las necesidades de sus clientes, que cada vez son más heterogéneos y exigentes. Además, cuando las empresas favorecen los equipos diversos, se derriban las barreras tradicionales y se fomenta un entorno más inclusivo. Y, gracias a esto, pueden disfrutar de un talento cualificado con un enfoque innovador que permite que las personas, independientemente de su origen o características personales, formen parte del equipo, aportando perspectivas únicas y habilidades valiosas.

Esto también repercute positivamente en las ideas que surgen. Los equipos conformados por personas con experiencias diversas tienden a abordar las necesidades o los problemas desde diferentes ángulos. Esto hace que se pueda evitar el conocido como pensamiento de grupo y que se fomenten diversas perspectivas que puedan dar como resultado unas ideas probablemente más innovadoras. Unido a esto, si una compañía es verdaderamente inclusiva, esto puede hacer que se encuentre con una ventaja competitiva al comprender mejor las demandas de un mercado cada vez más diverso.

La inclusión no solo tiene un impacto directo en la productividad de los equipos, sino que, también, aquellas empresas que la implementan fomentan que sus empleados/as se sientan más comprometidos/as y pueden, de esa forma, fidelizar a su talento, mejorar el clima laboral y reducir la rotación, ya que un ambiente de trabajo que valora la diversidad crea un sentido de pertenencia entre los/as trabajadores/as. Y esta conexión emocional con la organización se traduce en un aumento de la motivación y la eficiencia laboral.

Más allá de estos beneficios, la inclusión también cumple un papel crucial en el logro de responsabilidades sociales y éticas. Las empresas que promueven la igualdad y la diversidad no solo contribuyen al desarrollo de sociedades más justas, sino que también construyen una reputación positiva que impacta tanto de forma interna como externa.

En definitiva, este compromiso ético que adoptan las compañías puede ser un factor determinante a la hora de que los/as profesionales elijan a qué empresa quieren acudir e incluso en la fidelización de sus empleados/as, ya que se sienten más comprometidos/as con aquellas compañías que comparten sus valores.

Esto es solo un ejemplo de que la diversidad en el ámbito laboral va más allá de cumplir con cuotas o políticas de inclusión impuestas, sino que se ha convertido en un pilar fundamental para el crecimiento y eficiencia empresarial. La inclusión no es solo una estrategia empresarial inteligente, sino un pilar esencial para el desarrollo sostenible y el éxito a largo plazo en un entorno laboral que valora la diversidad y la adaptabilidad.

Si rompemos el estereotipo de que los/as profesionales con discapacidad sólo pueden alcanzar cierto tipo de puestos de baja cualificación, podremos enriquecer las plantillas con un talento muy valioso.

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