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En estos días de cambios, sobresaltos y noticias que no hacen más que hacerme (nos) sentir como que alguien (pe. una “prima lejana y etérea”), nos está revolcando, y sobre todo, tras leer una pequeña “encuesta de opinión” que hizo Diario Responsable hace unas semanas, resuena en mi cabeza una canción que acompañaba muchas tardes y buenos momentos de mi adolescencia: Calle Melancolía (Joaquin Sabina – Calle Melancolia). Y es que la situación que presiento (siento) con la RSE (bueno y en general con lo que pasa) me recuerda mucho a ese estribillo, de Joaquin Sabina, ya que es como si ahora “viviéramos en la Calle Melancolía, y quisiéramos mudarnos hace años al barrio de la Alegría, pero siempre que lo intentamos ya hubiera salido el tranvía” y nos sentamos a ver pasar la vida. Y no aguantaba más el no escribir estos pensamientos.

De siempre he sido una resistente (resiliente sin saberlo), pero en el sentido de ser corredora de fondo y de no resignarme, y siempre, desde niña, he luchado por lo que sentía era lo más justo y en las situaciones extremas o críticas ver las ventanas de oportunidad. Siempre me ha movido, lo que cada uno puede (debe) hacer para mejorar la justicia universal y ayudar a superar problemas endémicos, de este planeta y entre los seres que lo habitan. Estudié Económicas para poder “comprender” porque las relaciones de intercambio en este mundo eran tan injustas y tan negativas para la mayoría de los habitantes y sus ecosistemas.

Cuando allá por el 2003, después de recorrer (desde el 97) casi todas las conferencias/jornadas habidas y por haber y algunos postgrados, sobre Sostenibilidad y Empresa, por fin topé con la RSE, respiré aliviada: ahí podían coincidir esas inquietudes intelectuales- profesionales y personales sin fricciones. Pero lo mejor vino luego el coincidir “haciendo camino” con buena gente: Marta de la Cuesta, Orencio Vázquez, Victor Viñuales, Cristina García Orzcoyen, José Luis Blasco y Julia Vera, Eva Ramos, Gonzalo Echagüe y Alicia Torrego, Pedro Ortún, Carmen Verdera, Germán Granda y Jaime Silos, Ramón Jáuregui, los amigos vascos de DEUSTO y XERTATU, mi querida (ex) jefa Rosa Conde, los muy queridos amigos de Alternativa Responsable( mi Jordi, mi Juan Jo, ese magnífico Alberto, no menos Javier, José Ángel, Chemi) ese seductor de Fernando Casado, Antonio Vives, mi José Gutiérrez, Adela Cortina, Isabel Tamarit, Mercedes Korin, Reinalina Chavarri, María Rodríguez, Esther Trujillo, Maria Durán, Clara Bazán, Juan Cardona …  y muchos, muchos/as otros/as más, más incluso de lo que podía imaginar (y ni que tanto iba a apreciar) en 2003 y de lugares y perspectivas alejadas, dispares, diversas y complementarias, que son y serán ya parte de mi vida, con los que cada día coincidimos en las batallitas que siempre hay que lidiar por y para el avance de la RSE.

Pero ahora la melancolía me (nos?) está venciendo… y no soy yo de natural de darme por vencida e incluso me “violenta” esa victoria. Por eso quería compartir (como siempre CompartiRSE) y remover a la “peña de la RSE” en esta coyuntura en la que suena “blues” por todas partes y decir: que hemos trabajado mucho  y de manera muy intensa y sesuda amigos y amigas para no seguir batallando. Tenemos mucho capital (y callo) acumulado, estamos muy maduros en muchas discusiones y formas de diálogo, tenemos muchos acuerdos conseguidos y desacuerdos superados. Tenemos ya inteligencia emocional más que suficiente. Sabemos que propuestas de acción estratégica proponer. No nos podemos quedar como si no se hubiera hecho nada y la coyuntura nacional y de nuestras empresas (Posición internacional, Marca España y los grandes desafíos de la situación interior nacional… +COMPROMISO+COHERENCIA +CREDIBILIDAD+CONFIANZA) nos necesita. Cierto es que “los recursos son escasos” pero las amistades (e ingenios) más fuertes y la capacidad transformadora de las redes más amplias, y debemos interrelacionarnos más, no sólo relacionarnos. Estamos en ese punto de madurez ideal para la utilidad máxima de nuestras propuestas trabajadas desde hace más de 10 años. No desperdiciemos las ventanas de oportunidad del bagaje y que pueden ser tan útiles a la coyuntura

Estos días recuerdo, es lo peor de la melancolía tener el retrovisor constantemente puesto, que una ocasión participé, en una de tantas charlas que tengo el lujo de participar, pero que organizada allá por el 2008 (CONAMA) por mi querida Esther Trujillo era diferente, sobre “Cómo hay que ser para trabajar en la RSE” y yo dije “hay que ser SALMÓN: por lo de estar atento a la prensa salmón y de otros colores, por lo de nadar siempre a contra corriente y eso es lo que nos hace fuertes y resistentes y porque somos además el anticolesterol en las empresas”. SALMONES DE LA RSE, esa es la actitud de lucha y avance, que nos ha convertido en “resilientes” que me gustaría volver a apreciar. Hemos ido acumulando muchas dichas y desdichas pero siempre grandes enriquecimientos personales y profesionales… pero uno es humano y la melancolía a veces vence y ahora siento que todos/as tenemos como una flotante melancolía, una pérdida de horizonte que nos hace vagar y cantar un blues. ¿Es cuestión de tiempo o como dice la canción de Sabina “ya salió el tranvía para mudarnos al barrio de la alegría”?

Por eso amigos/as ¿qué podemos/ debemos hacer para “vencer la melancolía en la RSE “? yo no paro de darle a la cabeza, porque soy de natural activo y proactivo y el inmovilismo me mata, y pienso en muchas cosas por hacer y poner en valor y práctica lo acumulado, pero “¿dónde?”, para “¿dónde?”. ¿Verdad qué no somos gente de resignarnos a la melancolía? ¿Nos faltan “lideres de PENSAMIENTO SÓLIDO” de la RSE? ¿Nos faltan promotores de la RSE? ¿Es sólo un tema de recursos o más bien de actitudes? Pues es que no lo sé porque yo creo que ahora más que nunca hay más pensadores y actores por la RSE y a nivel internacional entre los principios Ruggie, la OCDE, la ISO y la UE nos ha marcado una agenda muy clarita. La nueva Comunicación de 2011, y su plan de acción, nos da casi todas las claves de avance, e incluso con una postura constructiva- resolutiva para estos tiempos críticos que corren, nos recorren y machacan.

Supongo que como siempre la fórmula mágica es la PACIENCIA, que sabemos que es la madre de nuestra ciencia, pero amigos/as de la RSE sin dejar de batallar cada día, de dejar de hacer músculo y estar en forma para “mudarnos” al “Barrio de la Alegría” y todos de nuevo montándonos en el tranvía de la RSE (#TranviaRSE)… pero ahora “sin prisa pero sin pausa” y “con el coche de San Fernando: un poquito a pie y otro poquito andando”.

(Seguir comentarios con #TranviaRSE)

Isabel Roser

(me encuentras en: @iroser_RSE y en Linkedin)

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