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El FC Barcelona, el club deportivo que durante 111 años no ha lucido publicidad comercial en sus camisetas, de la mano de su reciente nuevo presidente, Sandro Rosell, ha vendido el alma del club al diablo, o lo que es lo mismo, a Qatar Foundation, una fundación vinculada al régimen dictatorial del golfo pérsico y a los petrodólares, como sabemos principales causantes del cambio climático. Todo ello lógicamente para recibir a cambio unos 30 millones de euros y ayudar a limpiar la imagen de la dictadura qatarí, que además compartirá camiseta con Unicef.

 

 

F. Xavier Agulló

 

El FC Barcelona, el club deportivo que durante 111 años no ha lucido publicidad comercial en sus camisetas, de la mano de su reciente nuevo presidente, Sandro Rosell, ha vendido el alma del club al diablo, o lo que es lo mismo, a Qatar Foundation, una fundación vinculada al régimen dictatorial del golfo pérsico y a los petrodólares, como sabemos principales causantes del cambio climático.

 

Todo ello lógicamente para recibir a cambio unos 30 millones de euros y ayudar a limpiar la imagen de la dictadura qatarí, que además compartirá camiseta con Unicef.Toda una jugada sucia, que en términos futbolísticos sin duda sería penal y expulsión del terreno de juego, que pone en jaque a una institución como Unicef y al propio Barça. En otras ocasiones me he mostrado contrario a que la publicidad en el futbol sirva para transmitir valores irresponsables.

 

Sandro Rosell

En su momento comentamos el caso de otros clubes de La Liga, como el Real Madrid FC y el Sevilla FC, que lucen publicidad de casas de apuestas deportivas, toda una apología de la ludopatía. Recordemos que en la mayoría de deportes ya está prohibido lucir publicidad de marcas de alcohol o tabaco.

 

El Barça se ha labrado una imagen de marca muy valiosa como defensora de los derechos de la infancia, y su Fundación ha actuado en coherencia con la misma en colaboración con Unicef durante los últimos años. El mundo del deporte es probablemente hoy en día en vehículo transmisor de valores más importante del mundo. Es por ello que la decisión sobre qué patrocinios aceptar o no es trascendental, y la responsabilidad social que se asume con ello es pues extraordinariamente relevante.

 

Y Sandro Rosell se ha equivocado, ha ensuciado la imagen del club a la par que ayudará a limpiar la imagen de una dictadura que, como todas, son corruptas. ¿Acaso sea un acto de 'coherencia' personal con el hecho que este señor esté imputado judicialmente por casos de corrupción en sus negocios brasileiros?

 

Toda una jugada sucia, que en términos futbolísticos sin duda sería penal y expulsión del terreno de juego, que pone en jaque a una institución como Unicef y al propio Barça. En otras ocasiones me he mostrado contrario a que la publicidad en el futbol sirva para transmitir valores irresponsables.

 

F. Xavier Agulló

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