Iberdrola cuenta con 500.000 clientes con factura electrónica gracias a los que evita el envío físico de casi cinco millones de recibos a lo largo de un año, lo que supone un importante beneficio medioambiental plasmado en el ahorro de papel, tinta y transportes, así como en la pertinente reducción de emisiones de CO2.

Según informó la compañía, la factura electrónica entraña, asimismo, ventajas para los clientes, como una mayor comodidad (ya que se pueden consultar las facturas desde cualquier equipo con conexión a Internet y desde el mismo día de su emisión, que se notifica mediante e-mail), accesibilidad (la información está disponible las 24 horas del día, los siete días de la semana) y libertad (dado que el cliente no firma ningún compromiso de permanencia y puede darse de baja de forma instantánea).

Este tipo de factura, además, reúne todos los requisitos de seguridad, ya que el certificado de firma electrónica de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre otorga la misma validez legal a este tipo de factura.

Por otro lado, la compañía ha puesto en marca una campaña de comercialización de energía verde, procedente exclusivamente de fuentes de energía certificadas 100% renovables.

Este producto cuenta con una doble certificación -RECS (Renewable Energy Certificate System) y Bureau Veritas Certification- y pretende evitar las emisiones de CO2 y otros gases contaminantes y contribuir a la reducción del denominado efecto invernadero.