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Fundadora de Del Mar y para el Mar, un proyecto que busca limpiar mares y costas de plásticos y, a la vez, concienciar e incentivar un cambio de hábitos, la verdadera solución para terminar con los residuos que generamos.

Nuria tiene esa doble faceta que tanto caracteriza a los emprendedores de impacto social: la capacidad de mirar estratégicamente el proyecto y, a la vez, de sentir emocionalmente las necesidades del entorno. Diferentes enfoques que ha unificado en su marca personal: De la ene. N de Nuria, de Naturaleza y de Números.

Valiente, convencida, honesta y muy en contacto con el ser humano. Matemática de formación, que para ella es un juego, un reto en el que hay que perseverar hasta que haga “clack” y todo encaje. Como en el emprendimiento, en realidad.

Bailarina por vocación y educadora por convicción, conciencia a niños y adultos, estudiantes y empresarios sobre la importancia de cambiar nuestros hábitos para cuidar nuestro entorno.

Neus Portas.- ¿Cuáles son las tres características de la actitud emprendedora?

Nuria Fernández.-  En mi caso en concreto, diría que la primera es tener la visión de que hay algo que solucionar y que es muy posible que lo puedas hacer. Yo, personalmente, me lo creí y me puse en marcha.

La segunda es una actitud positiva. Hay que pensar a largo plazo, porque a corto, hay cosas que salen y otras que no. Pero hay que buscar que a largo plazo, al mirar todo el recorrido, veas que las cosas salen.

Y otra actitud es la de responsabilidad con la sociedad y con el planeta, ser consciente de que estás aquí para hacer algo.

N.P.- ¿Y qué conocimientos crees que hace falta para emprender?

N.F.- Creo que el emprendedor tiene que tener un conocimiento personal importante, porque cuando estás emprendiendo, cada día haces algo que nunca has hecho, de modo que tienes que saber cómo recurrir a las herramientas que necesitas y los talentos que tienes que activar en cada momento.

Luego, es importante saberte rodear de gente que sabe más que tú. Más que en lo técnico, que por supuesto, saber juntarte con las personas adecuadas.

N.P.- Y de empresa, ¿cuánto hay que saber para empezar?

N.F.- Es fundamental cargarte de herramientas, metodologías, leer mucho y conocer muchos proyectos para entender las diferentes posibilidades de modelos de negocio. Y luego, hay algo muy intuitivo en emprender. Yo, por ejemplo, crecí en un entorno en el era evidente la necesidad de saber de empresa para avanzar: mi madre era pintora y yo la ayudaba a organizar los talleres, a repartir folletos…  Fui consciente, desde pequeña, que además de lo artístico, esta parte más empresarial también era importante.

N.P.- Con esta mezcla entre el negocio y lo artístico, ¿hacia dónde tiraste tú? ¿En qué te formaste?

N.F.- Mi formación académica es matemática. Para mi las matemáticas siempre han sido un juego, retos… Muy en sintonía con el emprendimiento, porque en ambos casos te enfrentas a retos y a la necesidad de cerrarlos. Hasta que no hace “clack”, no está resuelto el problema y el proyecto no tira hacia adelante.

La parte artística la volqué en el baile, bailé mucho tiempo de jovencita. Y llegó un momento en que tenía que elegir si hacer vida artística y seguir los pasos de mi madre o hacer algo práctico y que me gustara. Así que renuncié al baile y me decanté por las matemáticas.

N.P.- Y ¿llegaste a ejercer en el entorno de las matemáticas?

N.F.- Sí, estuve 15 años en el departamento de Grandes Sistemas en el sector Banca-Seguros.

N.P.- ¿Y cómo pasaste de ese sector a emprender en algo vinculado con la sostenibilidad?

N.F.- Pues como te contaba, el emprendimiento siempre había estado muy presente. El cambio fue complicado porque disfrutaba mucho con el trabajo y además me permitió conciliar. Pero el gusanillo de montar algo, de desarrollo de propósito personal, seguía allí. Así que decidí reducir mi horario y me iba por las tardes al Impact Hub de Alameda. Y sin contarle a nadie mi “doble vida”, me iba con mi ordenador, comía allí con otros emprendedores y me ponía a trabajar unas tres horas cada tarde en mis cosas, en nada en concreto. No sabía qué quería montar, pero quería saber cómo vivían los emprendedores, acercarme a ellos sin ser ellos para ver si realmente eso me gustaba.

Al cabo de dos años y medio de ir todos los días, confirmé que a mi lo que me gustaba era mi vida de por las tardes y no quería seguir quitándole horas a mis hijos para poder hacer esa doble vida. Así que con las cosas más claras y ya sabiendo lo que quería, me fue más fácil llegar a un acuerdo con mi empresa para irme.

Así que salí y monté mi empresa a la vez que hacía el Master Ejecutivo Internacional de la Universidad de Mondragón que me valió para aprender a trabajar en equipo, desarrollar el proyecto, testar con compañeros y viajar.

N.P.- ¿Y por qué el mar?

N.F.- Pues porque mi padre es gallego y mi madre es asturiana, de modo que yo todos los veranos los he pasado en el mar.  Y creo que había algo de anhelo de naturaleza en Madrid. Y esa naturaleza no estaba en la Sierra, sino en el mar.

Y con el tiempo, cuando iba al mar, veía cada vez más suciedad, más tristeza, así que decidí empezar por ahí.

N.P.- ¿Cuáles son tus fuentes de aprendizaje para seguir mejorando en tu proyecto en el día a día?

N.F.- Para mi la formación es muy importante porque cada vez que me formo es como si subiera un escalón y, desde ahí, mi visión cambia. Por tanto, es parte de mi proceso. También te diré que últimamente me está costando encontrar formaciones diferentes y que me aporten. Yo creo que preguntando a gente que me inspira, me hacen de faro y voy directa; y les pregunto qué leen, qué ven, cómo lo hacen. Eso para mí es mi principal fuente de inspiración. Y luego, cuando hay algo que me bloquea, que me está costando, pues identifico que ahí hay un punto de reflexión y aprendizaje: lo que me resulta fácil ya está aprendido, así que tiendo más bien a quedarme en la roca hasta que la venzo.

N.P. Por último, ¿qué recomendarías a alguien que quisiera emprender?

N.F.- Para mí, que lo haga. Para emprender no hay que dejar el trabajo, es un proceso y puede ser tan largo o tan corto como te plantees. Se puede empezar con un voluntariado o a investigar sobre algo que te gusta, hablando con la gente. Emprender es hacer. Y hacer puedes hacer algo muy chiquitito o puedes hacerlo a lo grande. Aunque creo que ir a lo grande sin hacer los pasos previos es más difícil. Emprender, en definitiva,  es hacer, atreverte, romper con algo.

- Test para emprendedores con actitud -

N.P.- Dime el proyecto que más te haya impactado.

N.F.- Cuc de Poma. También me encanta Evana&Tia

N.P.- Un proyecto que te gustaría haber creado.

N.F.- Apadrina un Olivo

N.P.- Tus tres fuentes recurrentes para aprender.

N.F.- Otros emprendedores, mis lecturas y la naturaleza.

N.P.- Cuál es tu referente de actitud emprendedora.

N.F.- Juanjo Amate. Algunos deportistas me inspiran por su perseverancia y su forma tan positiva de vivir su profesión, su honestidad, fuerza, energía, humor : Carolina Marin, Javier Fernandez.

N.P.- Lo bueno y lo malo de emprender.

N.F.-  Lo bueno la libertad, el aprendizaje continuo. Lo malo, la falta de seguridad económica.

N.P.- Cuál ha sido el proyecto en el que sientes que más has impactado.

N.F.- Del mar y para el mar.

N.P.- Si pudieras reinventarte, ¿que serías?

N.F.- Lo que hago, ya me reinventé. Pregúntamelo dentro de 10 años :)

N.P.- ¿Cuál es tu mayor talento?

N.F.- Mi forma de sociabilizar, de conectar, de transmitir mi pasión.

N.P.- ¿Y tu mayor hobby?

N.F.- El baile

N.P.- ¿Cuál es tu propósito vital, tu aportación al mundo?

N.F.- Inspirar a personas que encuentren su propósito y que lo pongan en marcha, demostrándoles que se puede hacer.

N.P.- ¿Tu héroe o heroína en la vida real?

N.F.- Pina Bausch (aunque ya no vive)

N.P.- Algo que no soportes.

N.F.- Que la gente se rinda y no luche por sus sueños, las personas sin pasiones.

N.P.- Algo que te fascine…

N.F.- Negativamente, que nos estemos cargando el planeta y no hagamos nada.

N.P.- ¿Qué te motiva a empezar la semana con actitud emprendedora?

N.F.- Ver mi agenda llena de actividades nuevas por abarcar.

N.P.- ¿Cuánto rato dedicas, a la semana, a aprender?

N.F.- Todo mi tiempo.

N.P.- El libro con el que más hayas aprendido (de la vida, para tu profesión...)

N.F.- Hay muchos. El último posiblemente “La historia de Patagonia”, y “Cradle to cradle”.

N.P.- Por último, una frase que te defina:

N.F.- “El secreto no es correr detrás de las mariposas… es cuidar del jardín para que ellas vengan” y “No heredamos la tierra de nuestros padres sino que la tomamos prestada de nuestros hijos”.

Muchísimas gracias Nuria por tu convicción, tu ilusión, perseverancia y paciencia. Por creer en la necesidad de un cambio y en la posibilidad de hacerlo. Por empezar a andar para que te escuchen y creer que cualquier recorrido está hecho de pequeños pasos.

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Noticiasemprendedores#emprender

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