El “caso Dreyfus” fue una caza de brujas en busca de un espía alemán en el ejército francés a finales del s. XIX. La búsqueda culminó con la detención de un oficial de origen judío, el capitán Alfred Dreyfus. Se lo condenó injustamente ignorando las declaraciones de expertos que aclamaban su inocencia, todo gracias a un montaje orquestado por parte de la cúpula militar respaldado por unos incomprensibles argumentos pseudomatemáticos del jefe de la “Oficina de Identificación” de París. Después de siete años, gracias a la presión que hizo parte de la sociedad, de los intelectuales y de periodistas como Émile Zola con la publicación de su artículo “J’accuse…!” de 1898, Dreyfus sería, finalmente, absuelto y rehabilitado en 1906.