La directora Global de Ética Corporativa y Sostenibilidad de Telefónica y recién nombrada presidenta de DIRSE cree que con este texto se abre la puerta para que las empresas se centren en cumplir exactamente lo que dice la norma que hay que reportar y se olviden de gestionar de una forma sostenible a largo plazo y aquí habrá que preguntarse qué se quiere, "el reporte o un cambio social y cultural con las empresas como dinamizadoras"

Elena Valderrábano fue nombrada presidenta de DIRSE en la junta del pasado 31 de enero. En esta entrevista, la primera que concede desde su nombramiento, nos habla de sus objetivos al frente de la Asociación de Directivos de Responsabilidad Social, "que son muchísimos, tantos que no sabría ni por donde empezar", dice, y añade que "sobre todo no olvidar nunca que DIRSE es una asociación de profesionales y no de empresas y lo que hay que fortalecer es esa figura,  hay que contribuir a la asunción de competencias, que no todos los directores de responsabilidad social tienen porque depende de donde se localice esa función en la empresa". Y, en su opinión "el Dirse tiene que tener muchas competencias". En cuanto a las cualidades o fortalezas que debe tener esta figura, destaca que, además de amplios conocimientos, "la comunicación y la capacidad de empatizar son fundamentales".

En cuanto a la nueva Ley de Información no Financiera y Diversidad, considera que tiene algo muy bueno y es que "aumenta el papel de los Dirse en las empresas sin ninguna duda. Esta figura ya era relevante en las grandes empresas, pero con esta ley que obliga a un reporte diferente va a darle más peso". No cree que los departamentos financieros le quiten el protagonismo "porque hablamos de un reporte muy específico". Tampoco cree que sea un puesto cosmético "porque hoy por hoy exige un expertise que solo tiene el Dirse".

Sin embargo, Valderrábano no está muy convencida de que esta nueva norma vaya a impulsar la RSE, más bien al contrario. Y lo explica: "en términos de sostenibilidad, en muchos aspectos es absolutamente un paso atrás porque para las empresas que llevan tiempo reportando sobre esta temáticas y que realmente creen en ellas, la esencia del reporte y el seguimiento es la materialidad, que obedece a la estrategia de la empresa y a la escucha de sus stakeholders, que llevamos años comprobando que no es igual para todos los sectores". Pone como ejemplo el de las telecomunicaciones, donde "un tema clave es la privacidad y la seguridad de los datos y si yo hago caso a la nueva ley no tengo por qué reportar sobre eso. Obvia la materialidad".

Y resalta otro peligro, y es que "si reportas en España, puedes olvidarte de estándares como el GRI y dedicarte a lo que dice la ley y así no se gestiona". Cree que muchas empresas van a hacerlo y olvidarse de aspectos vinculados con la gestión sostenible para centrarse en los KPI "que hay que rellenar y no te dediques a la gestión y eso es algo que me preocupa". Para la presidenta de DIRSE, "la ley europea es perfecta porque te dice que reportes sobre unas temáticas, pero los criterios son los que siempre se han mantenido en RSE." El error de la transposición española es que "te especifica cómo tienes que hacer el reporte y hay cosas que obvia. Y hay empresas que tenían su reporte establecido de una manera que dirigía el área de RSE y ahora pueden cambiar y decidir que solo reportarán lo que les pide la CNMV".

 

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