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Cuando hablamos de innovación y la relacionamos con la sostenibilidad, intentamos poner el acento en todo lo que se puede mejorar respecto al reciclaje, ecodiseño y disminución de residuos

Eco-innovación o Innovación ecológica es el desarrollo de productos y procesos que contribuyen a la sostenibilidad, aplicando conocimientos y estrategias comerciales para generar mejoras ecológicas directa e indirectamente. (Fte: Wikipedia)

Es un hecho que España está haciendo un gran esfuerzo en lo que a reciclaje de envases, vidrio, plástico y papel se refiere, ya que hay unas entidades detrás, como son ecoembes o ecovidrio, que alientan, supervisan y controlan todo un proceso de concienciación y de reciclaje en sí mismo. Pero es que, además de estas entidades, existen otros SIG (Sistemas Integrales de Gestión) que supervisan todo el proceso de transporte, el tratamiento, la reutilización y/o el reciclaje de muchos objetos como son las bombillas, las pilas, los productos sanitarios, electrodomésticos, etc. Estos SIG no son tan conocidos pero su labor es imprescindible para conseguir el objetivo de reciclaje obligatorio del 70% de los residuos urbanos de aquí a 2030, que fijó La Comisión Europea a finales de octubre de 2016.

Ante la perspectiva de esta decisión de la Comisión Europea, los fabricantes, tienen la responsabilidad de utilizar criterios de ecodiseño en la fabricación de sus productos y asumir una correcta gestión ambiental previendo el final de la vida útil de estos aparatos. Tienen la misión de mejorar a través de inversiones en I+D+i, tanto a nivel de prevención como de investigación de materiales y de eliminación de residuos.

Los ciudadanos españoles, por su parte, tenemos una responsabilidad al respecto. No podemos dejar todo en manos de entidades públicas esperando llegar al objetivo fijado por la Unión Europea sin un esfuerzo por nuestra parte.

Como consumidores podemos colaborar eligiendo, por ejemplo, aparatos con la etiqueta de eficiencia energética europea más alta. Debemos, igualmente, seguir realizando una separación de residuos inteligente y minuciosa tanto de lo que ya se está haciendo, como es el plástico, papel y cartón, como del aceite usado, las pilas o los aparatos electrónicos. Tendremos que salvar la pereza que nos puede dar acudir a un punto limpio de nuestra ciudad para poder llevar estos objetos y concienciar a nuestros hijos de que eso es lo correcto. Educar en el ejemplo es otro de nuestros retos como ciudadanos, porque el objetivo se ha fijado hasta 2030 y tenemos que conseguir que los pobladores de la tierra que están por venir sean mejores que nosotros a este respecto. Las generaciones que vienen tienen en sus manos la obligación de conseguir un mundo mejor para ellos y para los habitantes futuros del planeta.

En este sentido, la puesta en marcha de políticas de comunicación y educación ambiental es fundamental.

Aunque, por suerte el consumidor se está concienciando y exige a las empresas un liderazgo claro para hacer sostenible el actual sistema de consumo. Juntos podemos conseguirlo.

Blanca Arregui, CEO de Artilujos 

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