Consideraciones éticas a propósito de las elecciones norteamericanas. Resultaría excesivamente pretencioso un análisis valorativo de las múltiples y complejísimas derivadas del proceso electoral a la presidencia de los EE. UU. Máxime, cuando uno, nacional de otro país, que no vive en primera persona la realidad que enjuicia, ha debido de ir formando su opinión a través de los medios de comunicación. Es decir, a partir, siempre, de fuentes secundarias, de ordinario más preocupadas por arrimar el ascua a su sardina y ayudar a su señor, que por presentar de forma objetiva e imparcial la realidad de las cosas.