Empatía. Sí, esta habilidad que, aunque no parezca, se puede enseñar o aprender. El tiempo, quién sabe por qué, ha hecho que los seres humanos nos alejemos de esta capacidad y hoy tenemos que volver a aprenderla y enseñar esto a nuestros hijos. En el tejido social que conforma nuestra sociedad contemporánea, la empatía emerge como una fuerza vital que puede moldear el destino colectivo. Más allá de una simple virtud, la empatía es el puente que conecta a individuos, construye comunidades resilientes y da forma a un mundo más compasivo. Pero, ¿cómo hacer esto sin ser académicos o expertos?